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Heredera divorciada Novela de Juliany Linares

Chapter 73
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Olvidate de mi.
Me resultaba dificil de creer lo que mi padre estaba diciendo, y es que eso no era todo, sino que Alexander estaba al tanto de
todo
antes que yo, su propia hija, la que estuvo en peligro y lo sigue estando, la que salió más afectada por una mujer que fingió ser
la mejor amiga de la familia por tantos años y ahora, el peligro seguia, pero no solo para mi, sino para mi propio hijo.
Mi padre terminó de contarme el pasado que tuvo con esa mujer, si es que se le podia asi.
La Sra. Dubois le confesó a mi padre que estaba enamorada de él un dia antes de la boda de mis padres, pensando que mi
padre
correspondia sus sentimientos y con aquella confesión iba a dejar todo tirado para huir con ella, pero se equivocó, pues la
rechazó y
continuó con su boda como si esa mujer no le hubiese dicho una sola palabra el dia anterior.
Al volver de la luna de miel, la Sra. Dubois presentó al Sr. Dubois como su pareja y todo quedó olvidado, bueno, para todos
menos
para ella, pues su resentimiento por el rechazo la acompaña hasta ahora, y se estaba desquitando con toda la familia,
intentando reclamar algo que jamás fue suyo.
El investigador que Alexander contrató ha sido de mucha utilidad, en este momento estaba en la búsqueda de las pruebas.
necesarias que dejan a la Sra. Dubois como la mente maestra detrás de mi intento de secuestro cuando era una niña y de las
amenazas
de muerte que recibió Alexander, la cual nunca supo cómo manejar.
El jardin de la Villa Doinel estaba tan tranquilo y fresco a estas horas de la noche, la brisa fria golpeaba mi rostro, mientras
pensaba
en la complejidad del asunto, ni siquiera me molestaba tanto la comparia de Alexander y Tristan, quienes me invitaron a dar una
vuelta

para pasar el tiempo juntos, fue la excusa perfecta para escapar del despacho de mi padre que comenzaba a parecerme
sofocante.
Le he planteado una idea a tu padre para arruinar sus planes. dijo Alexander, después de un largo tiempo en el que
caminábamos sin ningún rumbo, él solo jugaba con Tristán y mi hijo no podia hacer mas que reir.
Lo miré en silencio cuando me sacó de mis pensamientos, sin dejar de caminar por el extenso jardin, pronto me di cuenta de
que
estábamos por llegar al bosque que se ve desde mi habitación, al bosque que jamás me habia atrevido a adentrarme por miedo.
Ah, ¿si? ¿Por qué no la has dicho antes? -aparté la mirada cuando sus ojos se cruzaron con los mios con tanta intensidad que
incluso la temperatura comenzaba a aumentar. Alexander se detuvo y yo hice lo mismo después de dar un par de pasos extras.
—¿De qué
trata?-pregunté con curiosidad, girando mi cuerpo hacia él, pero sin dedicarle una sola mirada, solo podia ver el rostro sonriente
y a la
vez somnoliento de Tristán.
Alexander se agachó para alzar en sus brazos al pequeño y la pequeña cabeza pelinegra se posó casi de inmediato en el
hombre de
su padre.
Al ver aquella escena tan tierna de padre e hijo, mis ojos se detuvieron sin pensarlo en los ojos color miel que brillaban aun en
la
oscuridad de la noche, bajo la tenue luz de los faroles que iluminaban el camino, Alexander dio un paso hacia mi y no me atrevi
a
retroceder.
-Lo que se me ocurre que puede ser más efectivo y rápido, mientras logramos recolectar lo que necesitamos para hacerlos
pagar,.

es... dejó la palabra en el aire, logrando sembrar la curiosidad en mi. Enarqué una ceja, incitándolo a que terminara de decir
aquello
que para él era una gran solución, pero que parecia que le costaba tanto soltarlo. Entonces, él continuó. -Que te cases conmigo.

Mi ceño se frunció cuando escuché aquello de su boca y tuve que repetir sus palabras en mi cabeza más de una vez para poder
comprender lo que estaba hablando.
No puedo creerlo. ¿Escuché bien?
¿Dijo que deblamos casarnos de nuevo para acabar con esto?
Solté una ligera risa que fue aumentando gradualmente hasta que no pude controlar mi carcajada, me rei con fuerza por la
barbaridad que acababa de escuchar, logrando que Tristán levantara su cabeza para mirarme con curiosidad con sus ojos
cansados.
Cariño, perdón, te he despertado. – le dije a Tristán cuando mi risa ceso y me acerqué a él para acariciar su cabello que estaba
desordenado, en un intento por hacerlo relajar de nueva y volviera dejar su cabeza en el hombre de Alexander.
Luego de lograrlo, miré a Alexander con la diversión y burla reflejada en mis ojos, esta vez no me dejé llevar por mis impulsos
de reirme sin medir la fuerza con la que lo hacia, pero si solté una risita divertida.
—¿Qué te parece tan gracioso? -preguntó Alexander en voz baja con su rostro serio, sin la más minima pizca de gracia en sus
ojos,
como si le molestara que me estuviera burlando de su maravillosa idea.
Pero es que se ha vuelto loco, el cambio de ambiente le ha afectado tanto que perdió la cabeza.
Qué ridiculez acabas de decir, Alexander, ¿te estás escuchando? ¿Le has dicho esto a mi padre? Por favor. Tienes que ser muy
ingenuo para creer que él puede acceder a algo tan estúpido como volver a casarme contigo y con tu familia. ¿Quieres mi
respuesta? No
tienes que buscar demasiado, es un NO. Jamás volveria a casarme contigo.-respondi indiferente y a la vez divertida, está

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completamente loco si cree que yo aceptaria algo como eso.
¿Tanto odio sientes por mi? Sarah...-lo interrumpi levantando mi dedo indice y mirandolo fijamente, no me importaba que
estuviera más cerca de lo que deberia, queria que le quedara claro lo que iba a decirle
No te equivoques. Yo por ti no siento absolutamente nada. -dije mirando sus ojos sin parpadear ni una sola vez y Alexander
soltó
una risa seca mientras tomaba mi dedo con su mano libre, pero me aleje de su contacto de inmediato, no queria que me tocara,
ni que
me dijera cuantas tonterias se le pasara por la cabeza, mucho menos queria que aprovechara cualquier circunstancia para
intentar
acercarse a mi de esa manera,
No me mientas, ni te mientas a ti misma. Sé honesta y dime lo que sientes, mirame a los ojos y dime que aún sientes algo por
mi, porque yo estoy sintiendo mil cosas por ti. -frunci mi ceño y senti que la sangre comenzaba a hervir dentro de mi porque
Alexander no
parecia dispuesto a dejar de decir cosas sin sentido y que no tenia nada que ver ahora.
No queria tocar aquel tema, pero esta era una buena oportunidad para acabar con el problema de raiz.
¿Terminaste de enloquecer? Por favor, bajate de esa nube, yo no siento nada por ti, no seas tan iluso. El último suspiro que
exhale por ti se quedó congelado hace años, no se elevó como siempre lo hacia, ¿sabes por qué? Porque en ese momento
supe que mis
sentimientos por quien crei “el amor de mi vida” habia agotado su último suspiro, porque tú mismo te encargaste de matar todo.
¿Qué vas a estar sintiendo por mi? Incluso, ¿alguna vez sentiste algo por mi?-crei que al decirle todo aquello me sentiria más
libre y aliviada por soltárselo en la cara, por desahogar lo que llevaba dentro por tantos años, pero fue todo lo contrario, sentia
una presión en el pecho
que apenas me dejaba respirar.

Alexander me veia con un dolor escondido en su incredula y divertida mirada, ya no sabia qué más decir para que entendiera
que
estaba equivocado, que todo murió en el momento que firme el divorcio.
-¿Asi es? Porque tus ojos me dicen todo lo contrario. -dijo con serenidad y con tanta seguridad de sus palabras, que no me
faltaban las ganas de darle una bofetada para ver si asi entendia, pero no lo iba a hacer con la presencia de Tristán. A pesar de
todo lo que ha pasado entre nosotros, yo aun siento mil cosas por ti desde el dia que te conoci y cuando te pedi que te casaras
conmigo, cuando te vi de blanco luciendo la sonrisa más hermosa mientras llegabas a mi lado, cuando te volvi a ver después de
años, bailabas con tu padre luciendo tan radiante, cuando supe que tuviste a mi hijo, cuando te besé y lo sigo sintiendo en este
momento que veo tus ojos. humedecidos, negándote a aceptar que sigues sintiendo algo por mi. Cuando estoy cerca de ti y no
te puedo tocar, no te puedo besar ni acariciar, cada vez que me miras como ahora, con el ceño fruncido, haciendo tu mayor

esfuerzo por parecer molesta y enojada conmigo, pero muy en el fondo de ti sabes que es un intento por enterrar todo lo que
sientes por mi.-tragué en seco, mientras limpiaba mis ojos que efectivamente estaban humedecidos sin haberme dado cuenta,
pero no era más que de rabia y frustración.
Me di la vuelta para reirme sin gracia, cada vez que hablaba llegaba aun más lejos, sacaba conclusiones de las que no estaba
ni cerca.
Volvi hacia él y solté un suspiro cansado mientras negaba con la cabeza.
¿Y qué quieres que escuchar de mi? ¿Qué le digo que siento? ¿quiere que le diga que siento algo bonito y bueno por ti
después de
estabas todo lo que ha pasado? Después de verte semidesnudo a punto de tocar el cuerpo de esa mujer que parecia disfrutar
de lo que haciéndole, después de seis meses en los que te acostaste con ella infinidades de veces y volvias a casa indiferente,
sin ganas de tocarme ni un pelo, como si me despreciaras. Qué quieres que sienta, después de ver a mi esposo en su oficina a
punto de...
Sarah, Sarah, mi amor. No, no estuve seis meses con ella. Si acepto que cambié contigo, pero no porque estuve acostándome
con Rachel. Sarah, todo ese tiempo estuve debatiéndome mentalmente por la situación, recibiendo sus amenazas, sus
chantajes, aparte mi responsabilidad en la empresa, mi familia, mi hermano, no podía decirtelo, no sabia qué hacer, no queria
que te hicieran daño y tampoco que ventilaran a los cuatro vientos lo que pasó con Alexis. Y todos tienen razón, lo manejé de la
peor manera, el daño terminé haciéndolo yo y me arrepiento cada dia de mi vida, estoy arrepentido por todo, por eso te pido

perdón y te lo seguiré pidiendo hasta que algún día lo hagas de corazón. me quedé inmóvil frente a él con mis brazos cruzados
sobre el pecho, una sonrisa sin gracia se asomaba
en mi rostro y me acerqué un paso más a él para escupirlo lo siguiente en su cara.
Primero, no soy tu amor. Segundo, no quiero hablar más del pasado, no es más que eso y nada va a cambiar. ¿Sabes cuál es
la
diferencia entre tú y yo? Que yo no me quedó con la primera y la opción más fácil para resolver los problemas. Saldré de esto,
pero no
será casandome contigo. dije en voz baja muy cerca de su rostro, tanto que nuestras respiraciones llegaron a mezclarse por un
momento, sus ojos dolidos no dejaban de observar mi rostro como si quisiera guardar en su memoria cada detalle. Aparté la
vista
cuando su mirada se detuvo en mis labios por un momento y su manzana de Adán se movia al tragar en seco. -Llevare a mi hijo
a su
habitación y tu deberias irte, es tarde.
Alexander soltó un suspiro cansado y miró al oscuro cielo por unos segundos como si en cualquier momento este le fuera
ayudar.
Tristan terminó en mi hombro sin inmutarse y pasé por un lado de Alexander, para caminar de vuelta a casa y sus palabras me
detuvieron cuando di solo tres pasos.
porque
Todo esto, todo este asunto de los Dubois, nuestro hijo, esto que está pasando no te hace caer en cuenta que no vale la pena
este odio que sientes por mi, ese resentimiento, yo no soy tu enemigo, soy el padre de tu hijo, tu primer hombre, tu primer
esposo, yo te hice daño, pero solo yo puedo arreglarlo. No me arrepiento de nada de lo que dije, ¿sabes por qué? Porque estoy
enamorado de ti, estoy volviéndome loco por estar de nuevo contigo y con Tristán como una familia, la familia que nos
merecemos. Y yo sé que tú

también, pero todo esto te da miedo, pero te digo algo, si en algún momento de tu vida decides darme una segunda
oportunidad, todo
será diferente, empezando por mantener a mi familia alejada de nuestro matrimonio, porque te daré el lugar que mereces como
mi
esposa, mi mujer, la Sra. Lancaster. -cuando pensé que Alexander no podría decir nada más descabellado, me sale con todo
esto.
Cerré mis ojos con fuerza cuando senti un escalofrio que me recorrió desde las piernas hasta que se alojó en mi nuca, mis
manos
comenzaron a temblar de impotencia e ira y tuve que contenerme para no volverme, esta conversación no iba a llegar a ningún
lado,
porque yo no iba a aceptar algo que no me pasaba. No se qué era lo que Alexander esperaba con decir todo aquello, ¿que salte
de
emoción y le diga que si me quiero casar con él?
¡Por favor! Hay más formas de acabar con todo esto.
Antes de seguir mi camino con Tristán en mis brazos, apenas giré mi cabeza sobre mi hombro para mirarlo de reojo.
Olvidate de mi como mujer.