Capítulo 294
Seleccionó la imagen que también traía un video anexado en la parte inferior de la misma. No cabía
duda de que el hombre arrestado era Heriberto, aquel matón que solía ser tan arrogante. Ya que se le
había detenido, ya no tendria que estar en alerta por su seguridad y la de Franco con tanta frecuencia;
también se podría añadir que la naturaleza del crimen de Heriberto por haber acabado con las vidas
de dos personas era tan terrible que existía la posibilidad de que no fuera capaz de salir de prisión en
toda su vida. Anastasia fue a llamarle a su padre de inmediato para poder contarle las buenas noticias,
sin esperar que, de pura coincidencia, Franco también estuviera enterado y celebro:
– ¡Sí! Se cosecha lo que se siembra.
-Papá, de este ser el caso, puede que me vaya a casa y me quede ahí por los próximos dos días – le
informó a Franco.
-¿Por qué no te quedas en el hogar del joven Elías por un rato más?
– No soy tan resistente como para poder seguir quedándome aquí, papá. Traeré a Alejandro a casa. -
Siempre fue una persona a la que no le gustaba causarles problemas a otros.
-Está bien! Muévete de regreso para acá con Alejandro, entonces, iSerá más cómodo para ti cuando
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇtestés en casa! Iré con usted de visita y para poder ver al pequeño Alejandro en estos dos días.
-i Muy bien! -respondió antes de colgar la llamada.
«Le tengo que comentar esto a Elias esta noche».
Era la primera vez que Érica visitaba el chalé de Helen y sus ojos por poco se le caían de la envidia
cuando presenció el lugar tan lujoso en frente de ella. Era una persona que apenas habia visto la gran
ciudad por primera vez después de vivir toda su vida en un pueblo, por lo que comenzó a caminar
alrededor del bungaló y hacia el guardarropa y el dormitorio principal.
-¡Qué suertuda eres, Helen! -exclamó- Los Palomares te han dado una vida tan buena, te tocó pasar
el resto de tu vida disfrutando de riquezas y de prosperidad.
-¡Vamos! Tengo preparada dos regalos para ti. Erica, quiero que te encargues de Anastasia a mi lado
de ahora en adelante y yo compartiré cualquier cosa de buena calidad que tenga en mi posesión
contigo – declaró Helen cuando trató de ponerse del lado bueno de Érica; ella, por el otro lado, tarareó
de modo afirmativo.
-¡Está bien! Puedes estar segura de que te ayudaré para lidiar con Anastasia. Resulta que ella es la
persona que odiamos más, tanto mi madre como yo.-Erica estaba sumamente emocionada por
hacerlo y gracias a la ayuda de Helen, tendría una mejor oportunidad para conseguir la propiedad de
su padre en el futuro.
Helen prosiguió a entregarle dos piezas de joyeria que no le gustaban tanto, pero Erica estaba más
que contenta por recibir ese obsequio; el par de mujeres comenzaron a platicar sobre la
noche anterior a la vez que disfrutaban de un té de la tarde. Los ojos de Helen estaban llenos de enojo
mientras hablaban; Elias por lo menos le solía mostrar paciencia e interés hasta cierto nivel, pero
desde el momento que Anastasia lo sedujo, su corazón había sido tomado por alguien más por
completo.
-Helen, te tengo una pregunta. Dime, iquién era exactamente el hombre que durmió con Anastasia en
aquel entonces? iPodemos encontrarlo y hacer que le arrebate a su hijo! – Erica también había
contemplado eso, pero Helen mostró su ceño fruncido tan pronto como escuchó su sugerencia.
-No hay que hablar sobre eso ahora, ella no tomaría esto sin siquiera pestañcar y yo estaría en
problemas si decide regresar el golpe. -Pero poco sabía Érica que la razón por la que no se atrevia a
hacerlo era porque el hombre quien acompañó a Anastasia en la cama esa noche fue Elías; era algo
positivo que Anastasia había estado evitando hablar sobre lo que ocurrió esa noche, pues sería capaz
de rastrear todo eso de vuelta a Elías si fuera a indagar más al respecto y sabría, sin duda alguna, que
su hijo era también el de ese hombre. Eso solo llevaría a que se hicieran más unidos cuando llegara el
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏmmomento. Érica asintió.
-iDe acuerdo! Encontraremos otra manera para encargarnos de ella. -De hecho, Helen ya había
contemplado en una manera que le aseguraba que obtendría la atención de Elías.
El sol ya se ocultaba, Érica y Helen pronto fueron a cenar cuando se subieron al auto deportivo de
Helen, lo cual hizo que la otra mujer deseara aún más la vida que tenia una persona adinerada; estaba
segura de que la herencia de su padre sería lo que le llenaría los bolsillos de dinero y tenía que
asegurarse de que no se le fuera arrebatado por Anastasia. La empresa cotizada en bolsa de Franco
tenía un valor mayor al de 1,000 millones! Incluso si ella no quería dirigir el negocio en un futuro,
todavía podia ser una mujer adinerada si fuera a venderla por unos cuantos cientos de millones. El
hambre de Érica por tener una vida tan llena de lujos como la que le mostró Helen no dejaba de
crecer.
Al paso que caía la noche, los sirvientes que trabajaban en el chalé de Elías comenzaron a preparar la
cena. Anastasia y Alejandro habían estado jugando fútbol por media hora y ambos habían regresado a
su habitación para darse una ducha. En ese momento, dos rayos de luz provenientes de los faros de
un auto brillaron a través del patio a las afueras del chalé, pues el dueño del lugar había regresado.
Elías venía vestido de negro de pies a cabeza y entró al pasillo que estaba iluminado por completo.
– Joven Elias – lo saludaron los sirvientes con sumo respeto.
-¿En dónde están?