Capítulo229 Su padre, Javier García, no había terminado su condena cuando de repente a Pedro salir por la puerta de seguridad.
-Pedro, ¡tienes que hacer algo por Anna, ha sufrido mucho por culpa de todo esto! -exclamó Javier.
Pedro miró a Bella.
Ella le devolvió la mirada sin expresión.
Javier debió de deducir lo que había ocurrido.
Anna había tomado los medicamentos que le compró Pedro en la mansión y había tenido problemas de salud.
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇtAnna fue al hospital a lavarse el estómago y Javier sintió que lo había hecho.
Resultó que Pedro se fue a toda prisa porque Anna estaba en el hospital.
Llamarla al hospital también era para Anna.
-Papá, quizás todo esto no sea más que un malentendido, no hagas pasar un mal rato a Pedro. -dijo Anma con voz débil.
-¡Anna, siempre estás pensando en los demás! La reprendió Javier con cariño: -¿Cuántas veces más tendrás que sufrir por culpa de esta Bella? De no ser por tu tía, ni siquiera sabría lo que te hizo la última vez.
-Fueron solo pequeños incidentes, y Pedro ya se disculpó con la señora Romero insistió Anna a duras penas-. No es para tanto.
-¿Cómo que pequeños incidentes? ¡Tienes la cabeza herida y el cuello amoratado! ¡De no haber sido por Pedro, te habría matado!.
Exclamó Javier con furia: ¡Esta vez va a tener que dar explicaciones! Dicho esto, Javier miró a Bella con ira.
Justo entonces llegó el ascensor. Pedro intervino con voz calma: Tío, vayamos primero a la habitación, allí podremos hablar con más tranquilidad.
-De acuerdo, te haré caso. -accedió Javier, aunque aún visiblemente enfadado, y comenzó a empujar la camilla de Anna hacia el ascensor.
Pero Bella no se movió de la puerta.
Pedro la miró de reojo y le dijo con serenidad: -Acompáñanos a la habitación.
Bella soltó una risa despectiva. -¿Y por qué iba a ir yo? ¿Qué tiene que ver esto conmigo? -¡Tú...! -Javier volvió a éstallar, pero Anna lo sujetó del brazo y dijo: -Papá, si la señora Romero no quiere venir, no la obligues.
Pedro se dirigió entonces a las dos enfermeras son educación pero firmeza: -Por favor, esperen un momento fuera.
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Parecía que se quedaron paralizadas por la presencia de Pedro, las dos enfermeras se miraron y se dirigieron al pasillo de delante.
El ascensor ya se había cerrado y bajado, Pedro miró a Bella y dijo: -¿Tocaste los medicamentos de Anna en el coche esta noche? El semblante de Bella se volvió más burlón: -¿Antes de acusarme, podrías habeavisado primero sobre lo que ha pasado? No tengo ni idea, ¿cómo voy a responderte?
Pedro no le hizo caso à su burla y dijo con calma: He hecho que alguien ΟΠΤ compruebe, los medicamentos que salieron de la farmacia están bien, y el camarero que los llevó no se detuvo en ningún sitio. -Ya que tienes las respuestas,has condenado, ¿para quépreguntas? -Bella preguntó con una sonrisa fria.
En el apuesto rostro de Pedro se vislumbraba un rastro de enfado: -Bella, no te enredes, estoy analizando los hechos.
-Anna tomó involuntariamente un antiinflamatoincompatible con la amoxicilina, estuvo a punto de tener consecuencias irreparables. Te he llamado para descartar cualquier posibilidad. Dejando a un lado el malestar de ser sospechosa, ya que había caído en la trampa, no sirvió de nada enfadarse. Después de pensarlo, Bella se calmó un poco: No toqué sus medicamentos, no sé nada de ese antiinflamatorio.
Pedro la miró con expresión indescifrable: -Las cámaras de seguridad de la farmacia muestran que estuviste dando vueltas bastante rato por la zona de antibióticos.
En aquel momento Bella había estado vagando por los diferentes estantes de medicamentos para ve evitar encontrarse con Pedro: -Entonces también deberías haber visto que no compré nada de ese antiinflamatorio. X