Capítulo352
[¿Acaso la cabeza les está fallando? ¡Esta es la hija del magnate Julio de Valencia, una persona a
quien el señor Hernández valora mucho! ¿Se atreverían a tocarla? ¡Lo crean o no, el Señor Hernández los haría pagar una por una si le ponen un dedo encima! Simplemente mantengan vigilancia a su alrededor y reporten cualquier problema de inmediato】
-¡Oh, Dios mio!
De repente, Ada cubre su boca en sorpresa y sus ojos brillan intensamente. -Señorita Pérez, el broche que lleva en el pecho, ¿es obra de Alexa, ‘El Crepúsculo de los Dioses’?
-Sí, señora Ada. Este broche es precisamente ‘El Crepúsculo de los Dioses’, -responde Clara con
una sonrisa.
Debido a la asombrosa apariencia de la señorita, todos estaban ocupados mirándola y no notaron el broche de diamantes amarillos que llevaba consigo en el pecho, “El Crepúsculo de los Dioses”, el
mismo que había sido galardonado como la mejor joya en años anteriores.
-¿Joyas diseñadas por Alexa?! ¡Me está deslumbrando! ¡Realmente quiero tocarla!
-¿No viste las noticias? ¡Esta joya está valorada en millones! ¡Solo el diamante amarillo de 10
quilates en ella vale millones, es el sueño de joyeros en todo el mundo!
—No es de extrañar, siendo la hija del magnate de Valencia, ¡realmente tiene un gusto exquisito!
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇt-El collar feo que Ema lleva en el cuello también es valioso, pero en comparación con las joyas de
Alexa, parece muy soso.
Ema estaba muy enfadada.
¿Insuficiente?!
Este jade esmeralda es considerado de nivel imperial en tiempos antiguos, es el nivel más
destacado entre todas las joyas que Enrique compró en una subasta. ¿Cómo se atreven a decir que
no es suficiente?
Ema no pudo evitar maldecir interiormente a Beatriz y a toda su familia hasta la decimoctava
generación. Si no fuera por la familia Sánchez, ¿por qué estaría siendo objeto de burla esta noche?
–Señorita Pérez, he estado buscando ‘El Crepúsculo de los Dioses’ durante mucho tiempo. Después de verlo en una exposición hace dos años, nunca lo olvidé, ¡y ahora resulta que eres tú
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Jimena estaba tan furiosa que su mirada parecía poder atravesar a Clara como un punzón.
No podía decidir de qué debería sentir envidia en primer lugar, si de la belleza de la mujer o de la joya que ileva puesta, que incluso las estrellas internacionales han deseado en vano.
O tal vez, lo que más le enojaba era la mirada de afecto profundo que Alejandro le estába dando.
-Hace dos años, pasé por un momento difícil en mi vida. Estaba buscando algo para animarme, así que pensé en comprar una joya. -Clara sonríe suavemente y explica con calma, -encontré ‘El Crepúsculo de los Dioses’ en una exposición, me gustó mucho y sentí que mi mal humor se
aliviaba al verlo. Así que no dudé en comprarlo.
Estas palabras son como cuchillos atravesando el cuerpo de Alejandro, quien no se atrevía a mirar
directamente a los brillantes ojos de Clara.
Hace dos años, fue en ese momento cuando estaba enamorado locamente de Beatriz, creando “El
Corazón en llamas”.
Todo lo que Beatriz quería, incluso antes de decirlo, él lo traía para sorprenderla.
Pero lo que Clara quería, ni siquiera le importaba.
Alejandro sigue mirando fijamente a Clara, mientras ella apenas le dirigía una mirada.
Entonces, eso significaba que ella todavía guarda rencor contra él.
Si ella tiene resentimiento, significa que todavía no lo ha olvidado.
-Joyería diseñada personalmente por Alexa, ¡es algo que el dinero no puede comprar!
Ada mira a Clara con admiración y comenta, -debe ser que usted, señorita Pérez, es una persona
dedicada a la caridad y beneficencia.
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏmClara sonrío con calma y retira delicadamente el costoso “El Crepúsculo de los Dioses” de su
pecho. Luego saca un pañuelo de seda de su bolsillo y coloca el broche en la palma de Ada,
ofreciéndoselo con ambas manos.
-Señorita Pérez, ¿qué está…?
-‘El Crepúsculo de los Dioses’, en mi opinión, parece adecuado para la elegante y distinguida señora Ada. Si no le molesta, estaría dispuesta a regalárselo como un pequeño regalo de bienvenida.
Todos se quedaron atónitos.
Ema, su hija y Jimena están boquiabiertas de asombro.
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¡Esta es una joya valorada en cientos de millones! ¡Pero esta mujer, sin inmutarse, simplemente la
regala?! ¡Qué generosidad tan extravagante!
En un instante, Alejandro apretó los labios y comenzó a sudar.
Clara, ¿qué truco estás a punto de sacar esta vez?!
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