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La Esposa del Ruso by Bella Hayes

Capítulo 16
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Capítulo 16

-¿Ustedes se conocen? -preguntó Mikhail curioso.

-Sí, aunque estudiamos en la misma universidad, fue en un bar donde nos hicimos grandes amigos.

¿No es así, Jelena? -dijo el hombre insinuante.

Jelena se tensó ante lo que insinuaban sus palabras, pero ella no era de las que se dejaba amilanar así

que levantó la barbilla y con voz gélida le respondió: -¿Cómo has estado, Benjamín? -Muy bien, querida,

estás muy hermosa. Mi padre me comentó que cenaríamos con Mikhail y su prometida, así que asumo

que esa eres tú.

-Sí – intervino Mikhail, extendiendo la mano para saludar al señor O’Brian-, nos casaremos en poco más

de una semana. Tu padre recibió la invitación, ¿no es cierto, Patrick?

-Sí, la recibí, ambos asistiremos, ya mi asistente envió la confirmación. -¿Yes reciente ese compromiso?

-preguntó Benjamín. -Nuestro matrimonio fue concertado por nuestras familiar ocho años atrás -

respondió Mikhail-, pero fue hace un mes que fijamos la fecha.

-Bueno, solo resta desearles toda la felicidad del mundo -agregó Benjamín.

Mikhail presentó a Jelena a todo el grupo, cuando llegaron a Beatriz, su prometida le dio una inclinación

de cabeza como saludo, su sonrisa no le llegó a los ojos. La sintió tensarse cuando vio a Benjamín.

Desde la primera vez que vio al hijo de Patrick, cuando este lo llevó a la oficina, no le había gustaba el

joven. Era demasiado arrogante, trataba a los empleados con desprecio y era muy fanfarrón y, en ese

momento, para sumar motivos a su desagrado, trató a su Jelena con demasiada familiaridad. Esperaba

que nada hubiese sucedido entre ellos, aún tenía muy presente lo ocurrido en la cafetería del campus.

Estaría muy pendiente de como se comportarían en la cena, se dijo.

Sus dudas se calmaron porque durante toda la velada su prometida se concentró en él, su mano

descansaba encima de su muslo, a veces lo acariciaba en el interior de este, lo que lo mantenía

parcialmente duro. Le costaba concentrarse en su charla con Patrick. También sentía los ojos de Beatriz

clavados en ellos y las miradas que les enviaba Benjamín, ambos hablaban en susurros, lo que lo

molestó, sentía que tramaban algo, se sorprendió al ver la camaradería que parecían tener. Su asistente

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era consciente de que no debería mantener relaciones personales con los clientes por lo que pensó que

debería recordárselo a la brevedad. Y no es que le importara con quien se acostaba Beatriz, pero no

podía arriesgarse y comprometer el negocio que estaban discutiendo.

Además, quería que la m*****a cena acabase y poder tener a Jelena solo para él.

Antes de que llevaran el postre, Jelena se disculpó para ir al tocador. Beatriz se levantó al mismo tiempo

y camino detrás de ella. Una vez en el baño, la joven procedió a retocarse el maquillaje, mientras la

asistente de su prometido la miraba con suficiencia.

-Benjamín O`Brian me habló maravillas de ti. – Jelena la miró a través del espejo con gesto de

indiferencia, si esa mujer quería pelea la tendría, no sabía con quien se había metido-. Dijo que tú te

dedicabas a acostarte con cualquier hombre en la universidad. Cuando Mikhail se enteré ten por seguro

que te dejará, él es un caballero que no se casará con una calientapollas como tú.

-Vamos, asistonta, o soy puta o soy calientapollas, decídete porque no estás siendo coherente -solto

sonriendo maliciosamente.

-¡No me llames así! Eres una puta, ya me encargaré de investigarte y buscar todos los hombres con los

que te has acostado, Mikhail no será para ti -explotó con furia Beatriz.

-¿Sabes?, aparte de ser una asistente tonta eres una estúpida. ¿Crees que lo que tú digas impedirá

nuestro matrimonio? Mikhail ha sido el único hombre con el que me he acostado y era virgen cuando

estuve con él, mi sangre lo demostró. Nuestro matrimonio es un convenio entre dos familias que han

estado unidas por años, no hay nada que tú digas que pueda impedir esta boda. Ahora, estoy segura de

que tu jefe Dimitri estará muy molesto por tu intervención, no me costó casi nada convencerlo de

trasladarte a otro departamento donde no tuvieses nada que ver con mi prometido.

-¿Qué dices? – pregunto Beatriz con furia-. Eso es mentira, Mikhail me lo hubiese dicho.

-Mi prometido -dijo recalcando su posición-, está esperando la firma del contrato del acuerdo con los

OʻBrian para proceder a tu traslado. Si no me crees, pregúntaselo – dijo Jelena empujando con el

hombro a la chica cuando se dirigía a la salida. Furiosa, Beatriz la agarró del brazo para detenerla.

Jelena rompió su agarre provocando que las uñas de la otra chica le dejaran unos arañazos en su piel,

la rabia le impedía sentir dolor. -Ponme de nuevo un dedo encima y te arrepentirás. Y no creas que te

acusaré, no, yo misma me ocuparé de recomponerte la cara. Beatriz palideció cuando Jelena le soltó

esa amenaza, su rostro a unos centímetros del suyo.

Al salir del tocador, Jelena se encontró de frente con Benjamín, mirándolo despectivamente le advirtió.

-Más te vale mantener tu boca callada, si este acuerdo no se lleva a cabo será malo para los negocios

de tu padre y él me cae muy bien, no necesita que le estropees las cosas -dijo rápidamente antes de

continuar su camino.

La puerta del baño se abrió y Beatriz salió. Jelena prácticamente corrió, quería irse de allí porque si su

furia se desataba todo el mundo se llevaría su parte. Se topó de frente con su prometido. -Jelena,

cariño, ¿qué ocurre? -preguntó Mikhail preocupado, al verla llegar con los ojos ardientes de rabia.

-No me siento bien y quisiera marcharme. No quiero interrumpir tu charla con el señor o’ Brian, por favor

dile al chofer que me lleve a casa -replicó desafiante.

Mikhail miró las marcas de uñas en su piel y sus ojos se volvieron peligrosamente salvajes.

-¿Quién te hizo esto? -dijo dirigiendo sus ojos hacia Benjamín y Beatriz. -Tu eficiente asistonta me

acosó cuando fui al baño. Te aconsejo que me saques de aquí, antes de que explote y nos avergüence

delante de todos -dijo con los dientes apretados.

-¡Mikhail! fue sin querer, la tomé del brazo y ella tiró con fuerza, ¿viste cómo me llamó? me dijo cosas

horribles –expresó Beatriz con los ojos llorosos- ¡Está loca!

Jelena estuvo a punto de saltarle encima, nadie la llamaba loca y quedaba indemne.

-¡Cállate, Beatriz! Estás hablando de mi futura esposa, no permitiré este tipo de agresión, ni de

comentarios, debes mostrarle el respeto que se merece. Mañana hablaremos.

Caminaron a la mesa para despedirse del señor O’Brian y del resto de las personas que los miraban

sorprendidos, Mikhail tomó de la mano a su prometida para salir del salón, para su sorpresa la llevó

hacia los ascensores que daban a la parte del hotel. Subieron hasta el último piso, Mikhail sacó una

tarjeta del bolsillo de su chaqueta y abrió la puerta de la suite que había alquilado con anterioridad.

Cediéndole el paso, entraron a la habitación, la abrazó tratando de calmarla, y Jelena apoyó la cabeza

en su cuello y aspiró su olor, antes de suspirar, relajando el cuerpo. -¿Qué sucedió allí dentro?-preguntó

Mikhail suavemente. –Conocí a Benjamín en una fiesta en la universidad, después de un par de tragos

pensó que yo me iría con él, se molestó mucho cuando me negué. Me imagino que le habló

barbaridades de mí a la puta de Beatriz -dijo para provocarlo-. Ella se siente despechada por ti, así que

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me siguió al baño, me insultó, la insulté, discutimos, fin de la historia. -Lo lamento, mañana la

amonestaré, no permitiré que se meta contigo -señaló su prometido -, pero ¿Asistonta?- no pudo

contener su sonrisa, conocía la expresión por Carlos Sandoval, uno de los CEO[1] de las empresas de

Gael que era venezolano.

-Olivia llamaba así a una de las asistentes de Carlos que estaba enamorada de él.

-No sé por qué crees que Beatriz está enamorada de mí -comentó curioso. -Todo el mundo sabe que tu

asistente está enamorada de ti, bueno, todo el mundo menos tú. En cualquier momento se emborracha

de despecho y te lo confiesa y, después dirás que estás sorprendido -replicó con ironía. -No lo creo,

aparte de que Beatriz no bebe.

-Delante de ti. ¿No te has dado cuenta de que todo su aspecto es una fachada creada para atraerte?

Mikhail prefirió no discutir el tema.

-Y tú, įbebes mucho? -preguntó con curiosidad. -Muy poco, un par de copas a lo sumo, no me gusta

perder el control. -Yo evito el alcohol.

-Es tu decisión, yo soy diez años más joven que tú y quiero divertirme y disfrutar mi etapa de

universitaria como cualquier otra joven de este país

-No me importa que te diviertas, solo te pido que no hagas nada de lo que puedas avergonzarte cuando

tengamos hijos -pidió Mikhail.

-No me veo teniendo hijos, o por lo menos en un futuro cercano, me faltan un año de universidad para

obtener mi título, quiero esperar unos años, aún soy muy joven.

-Está bien, luego hablaremos de eso, ahora lo que quiero es amarte -dijo bajando su cabeza para

besarla.

–Entonces hazlo -respondió ella, mientras sus manos bajaban la cremallera del pantalón de Mikhail. Su

mente daba vueltas pensando lo que le depararía el futuro, por lo visto su prometido era tradicional y

eso le preocupaba un poco, aun cuando pensara que su relación ya tenía fecha de caducidad.

[1] En Inglés se utiliza la expresión chiefs Executive Officer (literalmente oficial ejecutivo en jefe) o su

acrónimo CEO, para designar a la persona con más alta responsabilidad de una organización o

corporación.