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Heredera divorciada Novela de Juliany Linares

chapter 76
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Confesión.
Fue realmente sorprendente para mi ver el cambio fisico de Rachel en tan poco tiempo, no era la misma mujer que tenia el
cabello bien cuidado y maquillaje en su rostro, admito que me daba pena por ella, pero lo que le pasaba era solo culpa de ella y
debe hacerse responsable de sus actos.
Al vernos llegar a su mesa, no pudo ocultar su sorpresa, no es para menos, pues no sabia absolutamente nada y para
completar, hoy no era dia de visita.
Me senté en la silla frente a ella y Alexander se quedó de pie a mi lado con los brazos cruzados sobre su pecho. Por supuesto
que antes de abordar el avión me imaginaba esta escena estando yo sola, pero ya no habia marcha atrás, después de todo,
Alexander tenia razón al decir que debiamos unirnos, trabajar en conjunto para que todo sea más fácil y rápido.
-¿Qué? ¿Qué hacen ustedes aqui?-preguntó de inmediato y pude notar que intentaba ocultar su nerviosismo, esbocé una
desganada sonrisa de medio lado antes de mirarla como si hubiese hecho una pregunta tonta.
Bueno, creo que es evidente que hemos venido a conversar contigo como personas civilizadas y maduras.-respondi tranquila,
aunque por dentro estaba teniendo un encuentro de emociones que me dejaban intranquila. Los nervios de Rachel aumentaron
y esta vez no lo pudo disimular, pues se frotaba las manos y su pierna se movia inquieta por debajo de la mesa.
No pienso hablar con ustedes, no sé a qué han venido, han perdido su tiempo. Guardia. estuvo a punto de levantarse de la
mesa mientras buscaba con la mirada al guardia de seguridad que estaba a unos cuantos metros, pero la detuve tomando su
muñeca adornada con unas esposas que lucian incomodas.
– Rachel, por favor, necesito hablar contigo. -dije con calma mientras miraba sus ojos que de pronto se cristalizaron. Después
de un momento en el que dudaba, asintió con su cabeza y se acomodó en su silla, la solte cuando hizo una mueca de dolor y
continué sin esperar que ella dijera una sola palabra. Rachel, iré directo al punto. Sé que no eres la única culpable de lo que ha
pasado, sé que te han pagado para que hicieras todo lo que hiciste, te conozco y sé que no eres una mala persona, no eres ese
tipo de persona que pondria en riesgo la vida de los demás con tal de conseguir lo quieres y estás aqui pagando sola por esto,
estás cubriendo a una persona que ni siquiera se preocupa por ti o en como la estás pasando en esta cárcel...
Detente. -dijo interrumpiendo lo que tenia para decirle y su vista se desvió por unos segundos al hombre a mi lado, antes de
volver a prestarme toda su atención. ¿Por qué ha venido él?-preguntó como si su presencia le disgustara y miré al hombre del
que hablaba, abri mi boca para responder, pero Alexander se adelantó.

– También estoy involucrado, pero si se te hace dificil soportar mi presencia, entonces esperaré afuera para que hablen mejor. –
movi mis cejas al escucharlo y rápidamente asenti con mi cabeza, esa era mi intención desde un principio. Rachel no se sentiria
en total confianza de hablar si Alexander estaba presente, lo supe porque la ultima vez que hablé con Rachel estaba más
decidida a hablar que ahora. Te espero afuera, Sarah.
Alexander abandonó la sala de visitas y por fin pude respirar aliviada.
La otra vez que vine, estabas por decirme quien estaba detrás de todo esto, pero ahora no me interesa saberlo. -dije como si no
tuviera idea de lo más minimo, no queria arriesgarme a nombrar a Paul, porque temia que ella se lo informara. -Rachel, si en
algún momento nuestra amistad fue importante para ti, te pido que hables y con esto no me refiero a que lo hables conmigo,
sino que confieses todo. tomé una bocanada de aire, sintiendo que no estaba logrando nada con aquellas palabras. Mi vida y la
de mi familia está en peligro por esta persona, no sé si lo sabias, pero tengo un hijo, un niño maravilloso que amo con toda mi

alma y si algo llegase a pasarle...no me atrevi ni siquiera a decirlo en voz alta sin que por dentro estuviera a punto de
quebrarme. Las lágrimas picaban en mis ojos de solo imaginar a Tristán en una situación que se escapaba de mis manos.
Entonces es cierto, has tenido al hijo de Alexander. -asenti con mi cabeza a la pregunta de Rachel y me deshice rápidamente de
las lagrimas que impedi que es aparan, debia mantenerme fuerte.
– Si y es por él que hago esto, que quiero llegar a los verdaderos responsables que siguen aluera intentando hacemos daño,
pero no tengo nada, tu contesión es la única opción que me queda. -dije sintiéndome más calmada y volvi a tomarla, esta vez
de sus manos, sus
ojos se detuvieron en mi tacto y noté su incomodidad. Si confiesas, si colaboras con la justicia podrias negociar tu libertad, yo
podria ayudarte, contrato los mejores abogados, pero tienes que hacer lo mismo por mi. No mereces estar en este lugar a pesar
de todo, no has sido tu quien pagó al sicario, no has sido tú quien planeó todo esto, no eres una delincuente y estás a tiempo de
remediarlo, de limpiar tu nombre. -una traviesa lagrima se escapó del ojo de Rachel en cuanto escuchó mis palabras y se quedó
en silencio por un largo tiempo,
habia dado por hecho que terminaria aceptando mi petición, pero esfumé aquella idea cuando negó con su cabeza.
-Me encantaria, pero no puedo hacerlo, Sarah, no es tan sencillo. -su voz temblorosa y sus ojos llenos de dolor me daba a
entender que, aunque ella quisiera hacerlo, no podia, se notaba muerta de miedo. Al igual que tú, mi familia está en peligro, si
hablo matarán a mis padres y a mi también. Me tienen amenazada, me tienen con la soga al cuello esperando el minimo
movimiento en falso para tirar de ella. -confesó con la voz rota y segura de su decisión, mi pecho dolió al darme cuenta de que.

no solo yo era victima de esa familia tan perversa. -Yo lamento mucho todo esto, pero se escapa de mis manos, yo... lo siento,
Sarah. Lo siento tanto, he sido una tonta, me he cegado y te he lastimado a ti, la única persona que estuvo para mi cuando más
lo necesitaba. Perdóname.
Rachel rompió en llanto mientras se aferraba a mis manos y fue inevitable que mi corazón se encogiera por verla de aquella
manera, tan indefensa y sin saber qué hacer, ella fue una victima más.
Ya, Rachel, comprendo la situación. -dije en un intento por calmarla, pero era casi imposible. No insistiré más, es tu decisión
guardar silencio, pero quiero que sepas que, si en algun momento cambias de opinion, te brindaré todo mi apoyo para que todo
salga bien, guardo la esperanza de que decidas tomar la mejor decisión. con aquello, el llanto de Rachel aumentó y sonrió con
tristeza.
-¿Cómo es posible que te portes tan bien conmigo después de todo lo que hice? preguntó entre llanto y apreté mi agarre en sus
manos.
-Porque algo me dice que la antigua Rachel sigue muy dentro de ti. respondi sincera, viendo el arrepentimiento y la culpa
reflejada en sus ojos, esperé en silencio que su llanto cesara y cuando lo consiguió, las palabras de Alexander antes de entrar
golpearon micabeza. De pronto la curiosidad me embargo por completo y dude en hacerle aquella pregunta. Ya sé que antes
habia dicho que no importaba ese tema, pero la duda me estaba matando. Ergui mi espalda sin soltarla, preparándome para
preguntar por ello. Rachel, dejando a un lado todo este asunto, quiero preguntarte una cosa y espero que seas sincera
conmigo, no importa cual sea la respuesta. aclaré mi garganta después de cambiar de tema y ella secó sus húmedas mejillas.
– Responderé depende de la pregunta. -respondió más calmada, aunque de sus ojos seguían escapándose algunas lágrimas.
Volvi a aclarar mi garganta como si tuviera algo atravesado y la solté por completo para sentarme con más comodidad y mirarla
directo a los ojos.
Ese dia que los encontré en la oficina de Alexander, tú y él...no sabia cómo formular la pregunta y las palabras se quedaron en

el aire sin ser capaz de terminar la frase. -Disculpa, no debi preguntar, han pasado casi cuatro años, no importa.
Rachel entendió enseguida de qué iba la pregunta y se quedó callada mientras me miraba fijamente y con una sorpresa oculta
en sus ojos.
A pesar de la gravedad del asunto, Alexander no cedia, no fue hasta que me enteré de que estabas de viaje a Orlando que
aproveché para ir a la oficina de Alexander para presionarlo amenazándolo con mandar a disparar en cualquier momento.
Nunca pasó nada entre él y yo, ni antes ni después, ese dia no pasó nada y dudo mucho que hubiera pasado si no hubiesesFollow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏm

llegado, porque Alexander no funcionaba ni aunque hiciera gran esfuerzo. -la respuesta de Rachel me dejó petrificada en mi
lugar, por poco se me olvida hasta de respirar, no sabia que pensar, ni qué decir, mi mente habia quedado en blanco.
No podia creer que Alexander me habia dicho la verdad, aunque los pillé en una situación comprometedora, ellos no tuvieron
sexo. Rachel no le producia ni la más minima emoción.
Respiré hondo para volver a la realidad y dejar de pensar en aquello, pues ahora no sabia ni qué hacer con tal información.
Cuando volvi en mi, recordé aquella foto que Rachel me habia enviado, donde los dos estaban en la que fue nuestra cama y no
pude evitar preguntar con evidente curiosidad y confusión.
¿Qué hay de la foto que me enviaste? ¿Me vas a decir que fue un montaje? -pregunté como si no estuviera aturdida en este
momento y Rachel soltó una risa sin ganas.
Fue el único dia que dormi con él, pero no de la manera que estás pesando. -hizo una pausa para soltar un largo suspiro y
mirarme avergonzada. –Le puse droga en su bebida y monté el escenario para que pareciera que habia pasado algo entre
nosotros, era parte del plan, digamos que era la estocada fina!, él al principio creyó que fue así porque no se acordaba de nada,
pero Alexander no es tonto, sabe que no pasó nada, él solo se quedó dormido. la piel se me erizó de solo imaginar a Alexander
en aquella situación, Rachel fue una irresponsable por drogarlo arriesgándose a que tuviera una mala reacción, pudo haberle
pasado algo.
Por fortuna, no pasó nada.
No pasó nada.
Inconscientemente, solté un suspiro de alivio tan fuerte que incluso me dolió, de pronto sentia que alma volvia a mi cuerpo o
que me habia quitado un gran peso de encima.
– Ha terminado la visita. -el guardia nos interrumpió en la parte más interesante de la conversación y no pude evitar bufar por
ser tan oportuno.
Te estaré esperando por si decides hablar, solo procura que no sea demasiado tarde. Hasta luego, Rachel. -me despedi
mientras me levantaba del asiento al mismo tiempo que el guardia tomaba a Rachel del brazo para guiarla de vuelta a la cárcel.
– Espero que algún dia puedas perdonarme, Sarah.

A pesar de que ambos habian desaparecido de mi vista, me quedé de pie por unos segundos mientras cerraba mis ojos con
fuerza, pensando que la confesión de Rachel podia cambiar muchas cosas y no estaba segura de si era para bien o para mal.
Me sentia confundida y cansada, muy cansada.
Sali con paso rápido de la sala de visita y Alexander ya me estaba esperando en el pasillo, me miró con las cejas elevadas,
esperando que le diera detalles de la visita a Rachel, pero este no era el momento, ni el lugar adecuado para hablar, ahora, lo
único que quería hacer
era tomar una larga siesta o si era posible, dormir por tres dias seguidos.
-¿Cómo ha salido todo? ¿Lograste convencerla de que hablara? -preguntó Alexander en medio del pasillo y no supe como
debia mirarlo en este momento, lo cierto es que no quería que se enterara por ahora que le habia preguntado aquello a Rachel
y la respuesta que me habia dado.
No.-respondi sin dar detalles y luego de unos segundos en los que mi vista estaba clavada en el suelo en completo silencio,
alcé mis ojos hasta que se cruzaron con los suyos y continué con voz serena: -¿Sigue en pie lo de ir a tu casa? He cambiado de
opinión.