Capítulo 125
El regreso de Nicolette a la familia Yoeger no tenía nada que ver con Kathleen. Sólo queria
averiguar el pasado y la identidad de su madre. Solo eso…
Esa noche. Kathicon dio vueltas en la cama sin poder dormir. Después de todo, la
existencia de Nicolette la perturbaba
No deberia Samuel estar preocupado por la seguridad de Nicolette para liberarla ahora?
No tendrá miedo de que me vengue de ella? ¿O está seguro de su capacidad para
protegerla? Cierto, tal vez esté asi de confiadow
Sin embargo, despreció a Nicolette por causar la muerte de sus dos hijos no nacidos
debido a su egoismo, que solo queria salvarse a si misma.
«¡Ni siquiera me dejó hablar!>>, penso. Sin embargo, nunca había pensado en matarla
porque era ilegal. Pero si la provocara, no la dejaria ir.
Mirando a Valerie, que dormia en el sofá, no la despertó. En cambio, se cubrió con un
abrigo y se dirigió hacia el balcon para disfrutar de la brisa.
En realidad, no sabia por que se sentia tan conflictiva. Se había repetido a si misma que
no le importaba nada, incluso si a Samuel le gustaba Nicolette. Sin embargo, el amargo
resentimiento y la ira la invadieron.
Tal vez Samuel ni siquiera tomó en serio a mis hijos. Después de todo, nunca se había
preocupado por ellos. Por lo tanto, es normal que lo pasara por alto, pero…>>
Kathleen bajo la cabeza mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.
«Mis bebés… >>
– ¿Por que no te cuidas? -la voz gelida de Samuel sono detrás de ella, sobresaltandola.
Luego, se dio la vuelta y lo miro con desdén antes de decir:
– Ya es tarde. ¿Qué haces aqui?
-¿Y tu? -Samuel dio un paso adelante y la miró por encima.
Un año no fue ni largo ni corto Kathleen ya no era tan inocente y joven como antes y tenía
las mejillas un poco hinchadas. Sin embargo, sus delicados rasgos faciales eran ahora más
afilados y exquisitos. Ademas, su par de ojos brillantes no eran seductores. Por el
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–Estoy aqui para tomar un poco de aire fresco -Kathleen frunció los labios y continuo- Ya
me voy: -Con eso paso por delante de Samuel
Al instante siguiente, le agano la muneca y le pregunto con voz grave
-¿Por que lloras?
-Es el viento -respondió con calma
La voz de Samuel se hizo más pesada al decir
-Me estás mintiendo.
Kathleen apartó su mano y dijo molesta:
-¡No me conoces!
Al momento siguiente, le bloqueo el paso y le dijo con voz ronca:
– Al menos puedo saber cuando estas diciendo mentiras.
-Ja, ja! – Kathleen soltó una carcajada autodespectiva-¡Oh! ¡Seguro que tiene ojos agudos,
Sr. Macari! Entonces, ¿sabe por qué quiero mentirle?
Los ojos de Samuel se oscurecieron al escuchar sus palabras.
-Es porque estas tratando de quitarme de encima.
– Si tienes razón! Me alegro de que te conozcas bien -suspiro y continuo-: Te estoy
mintiendo a proposito. Además, ¡me caes mal y te odio! ¡No tengo nada que hacer
contigo! Asi que, ¿puedes dejarme en paz?
Samuel se quedó helado al oír eso.
-Samuel, te he pedido que me dejes ir, ¿no? -una punzada de dolor golpeó su cabeza
mientras continuaba – Deja de torturarme. ¿No me estas molestando sólo para desahogar
tu ira, porque te he dejado?
-No, no lo estoy -Samuel bajó la mirada. Un sentimiento insoportable surgió en su interior
al verla derrumbarse ante él. Entonces, se tragó su orgullo y dijo disculpándose-: Kate, lo
siento Lo siento de verdad.
Mirando hacia él, vio que sus ojos estaban rojos.
Kathleen sonrió.
-¿Por qué tienes que seguir molestándome, entonces? ¿Quieres que me muera?
Después de que se le cortara la voz, Samuel la atrajo hacia sus brazos. Los abrigos que
llevaban sobre los hombros cayeron al suelo debido al impacto.
Al abrazarla con fuerza, se dio cuenta de repente de que era delgada y fragil. Preso del
pánico, le explico:
– Katie, no quiero que mueras nunca. Incluso desearía morir por ti sólo porque quiero que
vivas feliz.
Kathleen aspiro su fresco aroma corporal. Con los ojos enrojecidos, dijo:
-¿Puedes dejarme ir? Deja de molestarme, ¿puedes? Pienso en mis bebes cada vez que
apareces ante mi. ¿Sabes lo que se siente al tenerlos saliendo poco a poco de mi cuerpo?
Entiendes lo que siento?
El corazón de Samuel se rompió. No sabia como consolarla. Además, no sabia Cómo
reaccionar ante sus bruscas palabras
Después de todo, lo que dijo no tenia sentido, y ella no lo escucharia…
«Kathleen no era así antes de esto. ¿Por qué? Podria ser… >>
Le besó el pelo con sus finos labios.
-El regreso de Nicolette a la familia Yoeger no tiene nada que ver conmigo.
-¿Por qué quieres decirme esto?
-La noticia de última hora que lciste fue publicada por la familia Yoeger. No soy yo. Hace
un año que no tengo nada que ver con ella. Ahora, no tenemos nada-se excusó con voz
ronca.
Kathleen lo apartó y sonrió con desesperación.
-¿Crees que soy tan fácil de engañar?
Nicolette se alojaba en su casa antes, y todos en Jadeborough lo sabian.
Al escuchar su respuesta, Samuel fijó sus ojos en los de ella y dijo:
-¿Por que tengo que engañarte? ¿Qué sentido tiene entonces? ¿Me aceptarás aunque
mienta?
Kathleen se mordió el labio.
-¿No sabes que los que has oido son sólo rumores en Jadeborough? -Samuel la miro a los
ojos claros antes de continuar-: Habia estado esperando que volvieras. Entonces, volvi a
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-Hay algo de cierto en los rumores -luego, miro a Samuel con solemnidad y dijo-: ¿Te
atreverias a decir que no la estuviste protegiendo y cuidando durante todo un año?
Fijando su mirada en el delicado y elegante rostro de ella, Samuel respondió:
-Si. La cuidé durante un año.
Kathleen permaneció indiferente.
-Si crees que encerrarla en Villa Espiritual es una forma de cuidarla, lo admito -dijo Samuel
con frialdad.
Confundida, Kathleen preguntó:
-¿Villa Espiritual?
«Es la villa más oscura según todo el mundo en Jadeborough… >>
-¡Imposible! -no creía en sus palabras- ¡No puedes engañarme!
Samuel se agacho y levantó sus abrigos del suelo. Puso el suyo sobre el cuerpo de
Kathleen y dijo:
–Ven a mi sala. Te lo demostraré.
Kathleen dudó
Samuel tomó su mano en la suya y bajo al balcón. En el ascensor, ella retiró la mano y se
la frotó en la ropa con disgusto.
Samuel resoplo al ver eso. «Qué chica tan inmadura!»
Poco después, salieron del ascensor tras abrirse su puerta. Tomando su mano, la arrastró
hasta su sala. Luego, le entregó una tableta y le dijo:
-Son las imágenes de vigilancia de la Villa Espiritu de ese año. Miralas.
Kathleen dudó antes de pulsar el video.
Sentada en la cama, Nicolette gritó exasperada:
-¿Por qué no acabas conmigo, Samuel? ¿Por qué tienes que torturarme?
Su pelo caia en cascada sobre su hombro. Tenia un aspecto frágil con un largo vestido
blanco, como si fuera un fantasma.
-¡Pides a todo el mundo que abandone esta villa por la noche! ¡Estoy sola en la oscuridad!
¡Eres un monstruo, un demonio! Si, no hay duda de que te he utilizado, pero te amo con
todo mi corazón! ¿Por qué tienes que tratarme asi? ¿Por qué? Puedo dar a luz a nuestros
bebés si lo quieres!