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Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 1260
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Capítulo 1260

“¿Qué?” Elia levantó la cabeza, sorprendida, con sus ojos como dos gotas de agua, mirando a Ramiro con asombro.

Rosalinda también se quedó de piedra, fijando su mirada en Ramiro.

“Es una broma, mira cómo te has asustado…” Ramiro, sin embargo, mostraba una sonrisa relajada y un tono juguetón al hablar.

Al ver a Ramiro sonreir con tanta soltura y escuchar que decía que era una broma, Elia sintió que su corazón, que estaba en vilo, finalmente se relajaba.

Su expresión de asombro se transformó en una sonrisa que también parecía ser en broma y dijo: “Más te vale que sea una broma, porque si te llegaras a enamorar de mi, sería tu mala suerte…”

No estaba tratando de asustar a Ramiro, era la verdad.

Asier no era alguien con el que deba meterse

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Cualquiera que se acercara a ella, Asier se aseguraria de que la pasaran mal; Ramiro ya había tenido dos encuentros con ella, y en ambos terminó con una pierna o una muñeca rota.

Eso era lo que le había pasado por acercarse a ella como un simple amigo.g2

Si realmente llegara a enamorarse de ella, Elia temia que él podria incluso perder la vida.

No era que ella fuera demasiado preocupona, sino que ya había un precedente.

Si SerGriera no la hubiera amado tanto, quizás no habría muerto.

Al pensar en Sergio, Elia sentia un dolor asfixiante en su pecho.

Serse habia convertido en una herida intocable en su corazón, cada vez que la tocaba, le dolia hasta quedarse sin aliento.

“Vaya humor que tienes, nunca habia escuchado que enamorarse de alguien pudiera traer mala suerte” comentó Ramiro casualmente.

“No es broma, es una realidad seria”, dijo Elia.

Ella estaba advirtiendo a Ramiro, instándolo a no saltar al fuego.

“Claro, Sr. Ramiro, nuestra Elia ya es madre de cuatro hijos y solo debería tener romances con el padre de sus niños. El Sr. Ramiro es un hombre guapo y tiene una personalidad agradable, debería encontrar una mujer sencilla y casarse”, aconsejaba Rosalinda, que siempre había estado presionando a Elia para

que se casara.

Lo que Rosalinda quería decir con “sencilla” era alguien sin hijos, con una historia amorosa simple, una mujer con quien se pudiera casar y tener hijos de manera convencional.

Incluso la madre de Elia pensaba que otros hombres harian bien en no enamorarse de Elia.

Tal y como ella decía, sería una mala suerte.

Ramiro era un buen hombre, y Rosalinda tampoco quería verlo sufrir ningún mal.

“Señora, si habla así, la gente va a pensar que ustedesdesprecian”, dijo Ramiro con una sonrisal amable, su rostro reflejaba una ternura como la brisa primaveral.

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Parecía estar bromeando, pero en realidad estaba expresando sus verdaderos sentimientos en tono de broma.

“No, soy yo la que no está a la altura. El Sr. Ramiro merece lo mejor”, replicó Elia antes de que Rosalinda pudiera contestar,

Verdades se dicen en broma, así, si te rechazan, no es tan incómodo.

Hablando así, llegaron al restaurante y fueron cálidamente recibidos por el camarero.

Los tres se sentaron en una mesa junto a la ventana y el camarero les trajo el menú. Elia le pasó el menú a Ramiro.

“Sr. Ramiro, tú escoge.”

“¿Qué tal si pido todo con cebolla? Por cierto Elia, ¿por qué nunca puedes decir simplemente “Ramiro?”, bromeó Ramiro,

Él tenía una mano alrededor del cuello y con la otra sostenia el menú, una sonrisa en los labios y una mirada suave y amable dirigida hacia Elia.

Le había recordado a Elia muchas veces que le llamara simplemente Ramiro, pero ella siempre se referia a él como Sr. Ramiro, un titulo que ponía la mayor distancia entre ellos y los hacia parecer extraños

Elia se quedó sorprendida por un momento y luego entendió lo que él quería decir, y respondió: “Unos días sin vernos y el Sr. Ramiro se ha convertido en el señor bromista.”

“Ya, ya, pidan de una vez, queestoy muriendo de hambre”, interrumpió Rosalinda, cansada de verlos siendo tan modestos el uno con el otro. Era algo que no soportaba.

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