We will always try to update and open chapters as soon as possible every day. Thank you very much, readers, for always following the website!

Destinada a los gemelos alfas

Chapter 44
  • Background
    Font family
    Font size
    Line hieght
    Full frame
    No line breaks
  • Next Chapter

.

44
Clara pasó la mano por el rostro durmiente de Ethan. Se notaba cansado y aún un poco pálido. Había podido revisar y ya no
quedaba rastro de la herida como tal, pero a través del vinculo y ahora tan cerca de él podia sentir que él estaba sumamente
débil. Sus dedos rozaron la fuerte mandíbula para después desplazarse hacia sus labios que repasó. Se quedó mirándolos con
sus ojos rubies para después inclinarse y dejar un casto beso sobre ellos. Bajo ella pudo sentir como el lobo reaccionaba
ligeramente más no se despertó. Era una lástima. Después de verlo defenderla de aquella forma, sin importarle morir en el
intento estaba un poco más suave en lo referente con él. Era su mate después de todo aun si tenia algunos aspectos retorcidos
en su carácter. Quizás porque él, al igual que su hermano, ninguno de los dos había recibido el afecto necesario en todos sus
años de vida. Tal vez ella tendría que dárselo y enseñarlos a ser más cariñosos, aun si ella tampoco tenía mucha experiencia
Vuelvo pronto – le dijo contra sus labios y se levantó para dirigirse en dirección a la casa donde había nacido y vivían sus
padres.
No tenía muchas ganas de volver allí, y no mentiria, no era que le tuviese miedo a esa casa, era que después de todo por lo
que había pasado dentro de ella, no era fácil volver a entrar. Alli solo tenía recuerdos de dolor, gritos, hambre y hasta
desesperación. Aun así, sabia que debía enfrentarlo y superarlo. Clara reguló el color de sus ojos hasta volverlos lo más azules
que pudo, aunque eso la debilito bastante pues sentia a su parte más cobarde rozar su conciencia. No quería salir, pero si lo
intentara lo lograria fácilmente. Al menos no destacaria tanto en la manada. Si ella apareciera con su color de ojos rojos seria,
además de juzgada, atacada dado que era el mismo color que el de los Salvajes, y con ello también sufrirían sus mates.

Ah, que complicado era todo, Caminó en dirección a su antigua casa notando que todas las miradas de los miembros de la
manada que estaban cercanos por la zona por la que atravesaba recaían en ella, sobre todo la de las lobas solteras, que luego
comenzaban a murmurar por lo bajo su había alguien cerca. Envidia, tensión, odio, toda esa presión podía sentirla sobre ella y
se lo esperaba. Se había llevado el premio doble, al alfa y para colmo a su hermano gemelo también v candidato al mismo
título, sino era uno era el otro, pero ella terminaría siendo la Luna de la manada, un lugar sumamente cotizado por cualquier
hembra. Mas no era la prioridad de Clara, tenía primero a sus mates que bastantes dolores de cabeza le estaban dando. Como
el que tenía cuando se detuvo delante de la casa de sus padres. Se apretó la sien. Sentía a Clara removerse dentro de ella,
claro que tampoco debía estar allí. Por un momento se mares y se tuvo que sostener del marco de la puerta para no caer en el
suelo. Cuando la otra Clara toinaba conciencia la fuerte perdia fuerza. Maldijo internamente, si la dejaba salir de seguro seria
golpeada y ella en ese momento no estaba lo suficientemente fuerte como para cubrirla esta vez
En eso la puerta fue abierta y la figura peligrosa e imponente de Alester se hizo ver. Sus ojos la fulminaron y rápidamente Clara
se enderezó adoptando un porte igual de imponente y desidido. No mostrarla debilidad contra él. No aliora que podia

Que haces aqui? Acaso te quieres arrastrar ahora ante nosotros o tengo que darte una de las lecciones que a ti te gustan lanto
las palabras de él resonaron en la cabeza de la loba y los
recuerdos de sus abusos quisieron salir a flote, solo que los retuvo.
-Vengo a buscar lo poco que tengo aquí- no retrocedió y habló en un tono plano. La ceja de Alester se alzó.
-Aquí tú no tienes nada. Aunque debo reconocer que tu imagen de perra faldera pudiendo la poca limosna que tiene es
agradable. Clara apretó sus puños hasta que sus nudillos se volvieron blancos. Respiro profundo y mantuvo la compostura. –
Nunca me consideraste tu hija ni una sola vez ¿Tanto asco te doy como para tratarme de esa forma tan despectiva? -Ojalá

nunca hubieras nacido, y lo sabes muy bien Nunca quise que entraras en nuestra vida. Arruinaste todo, y ni siquiera eres lo
suficientemente útil como para que pueda usarte para tener los favores del alfa- cada palabra era una daga para Clara, aunque
esta no lo mostrara y se lo esperaba, pero siempre era doloroso cuando esto venia de la boca de tu propio padre Vete de una
vez de aquí. No le daré lo mío a una alimaña como tú- declaró por último Alester con la intención de cerrar la puerta, pero las
palabras de Clara lo detuvieron.
– Acaso tengo que venir con el alfa- ella inclinó la cabeza, su cabello cayó como una cascada oscureciendo su expresión-Estoy
segura que a él no le cerrarás la puerta y le dirás todo esto... o me equivoco... padre-la última parte la había dicho con una
ironía tan que sonaba desagradable para ella misma. El rostro de Alester se puso rojo de la furia y la indignación y alzó la mano
con intención de golpearla, la bajo, pero esta se detuvo a unos centímetros del rostro de la loba. Al parecer no era un lobo
estúpido después de todo. Si la golpeaba de seguro tendria que enfrentar las consecuencias directamente del alfa y del
hermano de este. Minimo era expulsado de la manada.
-Déjame pasar a buscar mis cosas- en los labios de ella había una sonrisa triunfadora.
– Acaso te crees tan fuerte porque estás al lado de ellos. Nunca te atreviste a hablarme asi Alester gruno, las garras de él
salieron y tocaron la mejilla de ella, desplazó la mano en tomo al cuello de ella, olvidándose por un segundo de las
consecuencias, solo queriendo acabar con aquella vida que odiaba sin ningún sentido alguno, cuando... – Alerter- una voz
femenina se escuchó desde adentro – No lo hagas, sino...
Eso pareció que lo hizo reaccionar. Sacudió la cabeza y le gruñó a su hija. – Llévate las porquerías que tienes aquí y
desaparece una vez de mi vista- y se giró para desaparecer dentro de la casa,
Clara no se relajó con ello y su mirada se encontró con la de su madre. Ni se tomó la molestia de saludarla, no es como si ella
hubiera hecho algo en el pasado para evitar el abuso a ella. Su madre... ni siquiera se ganaba ese titulo.

Entró con paso pesado a esa casa llena de recuerdos, ninguno positivo y solo tenia una cosa en la cabeza. Recoger lo
necesario, y salir de allí lo antes posible Solo no contó que cuando había Guardado la últiina prenda en una bolsa se sintiera tan
débil que todo se volviera negro a su alrededor y la otra Clara, saliera, haciendo que el temblor, así como su miedo invadiera
todo sul cuerpo. Mal momento para salir.