NovelEnglishCapitulo 142: El Encuentro con don Raul
Después de dar sus instrucciones, Santiago se acercé a Valentina con una sonrisa en el rostro.
Vamos a comprar flores para nuestra mama.
Dijo, tomando la mano de Valentina. Ella se quedé parada un momento, sorprendida.
*;Nuestra mama?»
-iEsa es mi mama! -corrigié Valentina, seria.
Santiago sonrié despreocupadamente.
-Claro, tu mama...
(Pero acaso su mama no era también como una madre para él? Por eso, no se equivocé al decir
<
Llegaron al cementey Santiago colocd las flores frente a la tumba. La foto en la lapida mostraba a una mujer
muy hermosa, cuyos ojos recordaban mucho a los de Valentina. De hecho, Santiago habia visto esos mismos
ojos en varias personas, pero no le mucha importancia.
Permanecieron un buen rato en el cementerio, hasta que finalmente regresaron al centro de la ciudad. Santiago
dejé a Valentina en la Villa de Los Pinares antes de recibir una llamada de
Thiago.
-Sefior, la persona que buscaba ya esta aqui.
-Bien-respondié Santiago antes de colgar y buscar una excusa para salir.
Valentina, por su parte, también decidi6 salir poco después. Su mente alin revoloteaba con recuerdos de su
madre y decidié visitar algunos de los lugares que frecuentaban juntas. La mayor parte del tiempo de su madre
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇthabia sido dedicado a la empresa. Valentina tomé un taxi hacia el EdifiBalletti y, una vez alli, comenzé a
caminar sin rumbo por las calles.
Era temprano y las calles estaban llenas de gente. De pronto, una pasteleria y, sin poder
resistirse, entro.
-Seforita, le gustaria comprar una tarta de cumpleafos? Esta es la Gltima que nos queda -la saludo
amablemente el dependiente.
Valentina estaba algo desconcertada, cuando de repente un anciano pregunté:
-¢Tienen tartas de cumpleafios disponibles?
+15 BONOS
El anciano, apoyandose en un bastén, vestia un cardigan gris y un sombrero blanco, encorvado por la edad que
parecia superar los setenta afos.
-Buenas tardes, sefior, esta es la Ultima tarta que tenemos le informé el dependiente, mirando
a Valentina con incertidumbre.
Valentina, al notar la mirada del anciano, rapidamente dijo:
-No la necesito, que el sefior la lleve.
Luego, sali6 de la pasteleria mientras el anciano la observaba irse, perdido en sus pensamientos.
-Don Rall -llamé el dependiente, sacando al anciano de su ensimismamiento.
-¢Va a llevar la tarta?
-Si, gracias -respondié don Ral, pagando y saliendo en direccién a donde habia ido Valentina.
En un parque cercano, Valentina estaba sentada en un banco, con los ojos cerrados, recordando
a su madre. De repente, escuché una voz:
-Jovencita...
Abrié los ojos y reconocié al anciano de la pasteleria.
-Sefor, es usted -dijo, levantandose.
Don Rall miré el banco.
-¢Te importa sisiento a tu lado?
Valentina, sorprendida, respondié rapidamente:
-Por supuesto que no, siéntese, sefor.
Don Rall se sentd y, mientras abria la tarta, agradecié a Valentina:
-Gracias por cedela tarta, ;también es tu cumpleafos hoy?
La amabilidad del anciano generé una sensacién de simpatia en Valentina.
-No, no es mi cumpleafios, la tarta deberia ser para el cumpleafero, usted.
Don Ral la miré y sonrié.
-No soy el cumpleafiero, hoy tampoco es mi cumpleafios.
Valentina se quedé confundida.
+15 BONOS
-¢Compré una tarta de cumpleafos sin ser su cumpleafios? -preguntd.
Hoy es el cumpleafios de mi hija -explicé don Rall,
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-Ella no esta conmigo, asi que compré esta tarta para celebrar su cumpleafios, aunque esté solo.
Su voz denotaba una profunda amargura.
Valentina no pudo evitar consolario:
-Sefior, si su hija supiera cuanto la extrafia, seguro vendria a verlo.
Don Ral suspiro.
-Ella no sabe cuanto la extrafio. No la culpo, ful yo quien la lastimd. Ahora, en mi vejez,arrepiento... Quizas
esto sea mi merecido.
El recuerdo de su pasado le provocé un ataque de tos.
Valentina se levanté de inmediato para ayudarlo. No sabia qué habia pasado entre el anciano y su hija, asi que
prefirié no indagar mas.
-Sefor, hoy no es mi cumpleafios, pero si el de mi madre.
Don Rall se sorprendio.
-¢En serio? jEs hoy el cumpleafios de tu madre?
-Sl-confirmé Valentina.
Algo en su mirada hizo que don Rall recordara a alguien. De pronto, se levanté emocionado, tomé la mano de
Valentina y pregunté con ansiedad.
-¢Coémo se llama tu madre?
Valentina se sobresalté con su reaccién, pero sinceridad en sus ojos.
-Mi madre se llama Estrella Valenzuela.
-Estrella... -murmuré don Raul.
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