La Novia Equivocada Novela de Day Torres

ATRACCIÓN PELIGROSA. CAPÍTULO 28. Ojos confiables

-Claro que hay mucho más… hay todo un cielo allá arriba y yo quiero que tú lo alcances conmigo,

nena – lo escuchó decir Nahia mientras se derretía entre sus brazos. (2)

-Entonces voy a comprar todos los pasajes en ese avión, Robocop -contestó besándolo de nuevo.

Aaron levantó a Nahia, la hizo enredar las piernas en su cintura y la llevó de nuevo a la ducha. El

fuego que se había encendido entre ambos era más intenso que nunca. La pasión desatada los hizo

olvidar hasta que de verdad debían volver a casa. Fueron besándose y acariciándose con una

intensidad y urgencia que los llevó de nuevo a enredarse en aquella vorágine de sexo que ninguno de

los dos imaginaba.

Nahia se sentía sumergida en el mar de emociones que Aaron despertaba en ella, tenía una

sensación indescriptible en su pecho. Su respiración se hizo más profunda y rápida mientras sus

manos recorrían la espalda de Aaron y sus lenguas exploraban el sabor que los había cautivado

desde el principio.

Aaron perdió la cuenta de cuántas veces la hizo explotar ese día. Su chiquilla era de climax fácil, y era

lindo descubrir que solo lo había probado con él. (2)

La dejó descansar, y esa tarde la dejó dormir. Para cuando llegó la hora de regresar a Londres ella

apenas podía mantener los ojos abiertos, así que la levantó en brazos como si fuera una niña y así se

la llevó. Dejar todo ordenado en la sede de Aztra Security en Londres no fue difícil, pero Aaron no

pudo evitar notar que la muchacha estaba preocupada. (1)

-¿Estás bien, nena? ¿Pasa algo?

Nahia se subió a la camioneta y suspiró mirando el edificio.

-No lo sé, es que… tienes una compañía aquí, una empresa grande. ¿No deberias estar ocupándote

de ella en vez de ser solo… mi guardaespaldas? -murmuró porque realmente no quería ser una

limitación en su vida.

Aaron la abrazó, besándole el cabello.

-¿Crees que esto es solo un trabajo para mi? -preguntó con cariño y sinceridad mientras le acariciaba

la mejilla.

-No-contestó ella.

-Nahia, puedo dirigir mi empresa desde cualquier lugar del mundo, pero quiero hacerlo contigo a mi

lado. 2

Ella suspiró despacio, sin saber qué decir.

-¿De verdad esto es tan importante para ti? -preguntó y Aaron le puso los ojos en blanco.

-¿Estás loca? ¿Crees que me arriesgaría a alejarme de todo lo que construí por algo que no fuera

mucho más importante para mi? -sonrió como siempre, de forma traviesa y acariciándole la cara -Te

amo, así que obviamente te seguiré a cualquier lugar del mundo a donde vayas. No tengas dudas… te

seguiré, te perseguiré, te acosaré… 64)

Ella rompió en carcajadas pero poco después tomaban la carretera hacia Oxford.

Iniciar una nueva vida con Aaron como novio y no como su guardaespaldas sería todo un desafío,

empezando por el hecho de que vivían a una puerta de distancia.

Aaron trabajaba arduamente para que su empresa fuera por buen camino en Londres, mientras Nahia

estudiaba en la universidad. Al final se había decidido por una carrera de negocios, porque con la

construcción de la escuela/orfanato de su hermana, presentía que muy pronto el puesto de dirección

del grupo KHC en Londres quedaría vacante. (20

Por el día Aaron la acompañaba a la escuela, y trataba con todas sus fuerzas que ella se portara bien

y no se escapara para hacerle cosas innombrables.

Por las noches, ella hacía el mejor uso posible de aquella sartén, ya fuera cocinando una cena

romántica o pegándole a Aaron. De cualquier manera él sentía que estaban creando algo real y

duradero.

Durante los hermosos meses que siguieron, se volvieron cada vez más inseparables. En las reuniones

familiares mantenían la distancia, pero Aaron sabía que no era porque ella lo estuviera escondiendo,

sino porque le gustaba aquel juego de que la familia no lo supiera… o al menos eso quería creer ella.

Lo cierto era que trataban por todos los medios de concentrarse en ellos y en su relación y evitar

cualquier tema

familiar. Nahia no tenía idea de cómo podría reconciliar aquellos dos clanes tan diferentes, así que era

mejor ni siquiera hablar de eso por el momento. 4

Cuando iban a Londres y la dejaba en la seguridad de la casa de su hermano, Aaron se le

desaparecía por dos días completos, pero Nahia sabía que solo lo hacía porque necesitaba arreglar

las cosas de su empresa para poder volver con ella a Oxford. Después de todo él tenía sus propias

obligaciones como dueño de una exitosa compañía de seguridad, pero siempre parecía dispuesto a

resolverlo todo cuanto antes para dedicarle todo su tiempo a Nahia y disfrutar juntos.

Los días pasaron volando, llenos de risas y paseos por el parque. Los fines de semana solían ser

mucho más especiales; salían a cenar o al teatro y disfrutaban comentando lo que habían visto. Cada

noche terminaban abrazados en su cama, haciendo el amor con aquella curiosidad de Nahia que

parecía no saciarse con nada.

-Al final va a resultar que tengo alma de maestro se rio Aaron.

-¡Sí, sí que la tienes! -sonrió ella sentándose a horcajadas sobre él en la cama-. Te amo, Robocop… 2

A Aaron se le hinchó el pecho solo de escuchar aquello y la besó con desesperación, como si fuera un

sueño que pudiera escapársele.

Pero la felicidad, que parecía que podía durar para siempre, pronto se vio amenazada por una buena

noticia. No una mala, no, una buena noticia.

-Todo parece indicar que Martin se fue del país -dijo James unos meses después y Aaron achicó los

ojos.

Por experiencia sabía que la gente enojada, los acosadores, la gente que quería venganza, no

desaparecía así como así. 1

La familia ya estaba relajada, todos se sentían tranquilos y seguros con la ausencia de Martin

Prescott, pero no él.

Sibar le había pedido permiso para quedarse haciéndose cargo de la seguridad de la escuela de los

King, eso significaba que dejaría de trabajar para él, pero también significaba que finalmente podría

asentarse y a Aaron le daba gusto que así fuera, así que le había facilitado el traslado.

-Parece que sus servicios ya no serán necesarios, señor Orlenko le dijo James ofreciéndole su mano

-. Aunque dudo mucho que deje de verlo por aquí. Me alegra que ya no sea en calidad de

guardaespaldas. 2

Nathan le hizo un guiño y Aaron supo que, tal como en la suya, no había secretos en aquella familia. O

Sin embargo apenas tuvo la oportunidad de estar a solas con Nahia le dijo lo que de verdad pensaba.

-No me trago ese cuento.

-¿Qué?

-Eso de que Martin Prescott no es una amenaza, de que se fue para siempre del país -respondió

Aaron.

-Oye, yo estoy feliz de que eso haya pasado murmuró ella-. Esto no es motivo de preocupación, al

contrario, deberías estar feliz, ¿o es porque ya no vas a ser mi guardaespaldas?

-No, nena, yo igual me voy a quedar contigo hasta el fin de los tiempos, pero recuerda que este es mi

trabajo, he conocido muchos tipos como él, y sé por qué te digo esto: Martin Prescott no solo se fue,

debe estar por ahí escondido en algún lugar, esperando para hacer daño -replicó Aaron.

Nahia se quedó pensativa por un momento. Confiaba en su instinto, ya había demostrado de sobra

que sabía de lo que hablaba.

-¿Qué podemos hacer?

-Puedo ir a rastrearlo -dijo con seguridad-. Pondré ojos confiables sobre ti todo el tiempo, pero debo

irme a buscarlo para asegurarme de que Martin realmente no es una amenaza. Si lo encuentro,

entonces tendremos la certeza de que ya no hay nada de qué preocuparse.

-No me gusta ese plan… no quiero que estés lejos de mi -murmuró ella.

-Lo sé, pero no podemos arriesgarnos. Tu hermano ya está confiado, toda la familia lo está, y en la

confianza está el peligro, lo sabes bien -explicó mientras acariciaba el rostro de Nahia.

Nahia asintió resignada pero Aaron sabía que ella estaba preocupada por el peligro al que él se

exponía.

Está bien-accedió la muchacha cruzando los brazos alrededor de su cuello-. Pero tienes que cuidarte

mucho. ¡Y no corras peligro!

-No te preocupes cariño, estaré de vuelta pronto, solo quiero ocuparme de que ese tipo no nos vuelva

a molestar -dijo con una sonrisa-. No te vas a deshacer de mí tan fácilmente. 1

Nahia asintió con una sonrisa. Aunque estaba triste porque Aaron tuviera que irse, ella sabía que él

haría lo mejor para cuidarla y protegerla siempre. 1

Aaron, por su parte, se comunicó con el único par de ojos confiables que quería para aquella misión.

-¡Hola hermanito! ¿Cómo has estado?

-Abandonado. Triste. Solo-se quejó Caleb y después se echó a reír-. Así que dime que me tienes una

misión interesante que incluya muchas chicas que me pueda comer. 2

Aaron puso los ojos en blanco.

-Oye, ¿no se suponía que tú eras el más bueno y noble de los dos? -se rio.

-Si, pero nadie incluyó “casto”. Eso si que no lo soy, y ya las ucranianas me aburrieron, necesito

variedad -rezongó Caleb. 1

-Pues empaca tus cosas y ven a conocer a las inglesas. Te las puedes comer a todas menos a la mía.

A esa necesito que la cuides. 2

-Uy, qué emoción! ¡Voy a conocer a la cuñadita…!

-¡No, no, no, no! Tú no vas a conocer a nadie sin mi supervisión porque seguro le das material de

chantaje como para que me gobierne para toda la vida-le gruñó Aaron. (4)

-Me impresiona que eso ya lo hace sin material de chantaje -replicó su hermano. 1

-Pues sí, pero tú controladito. Solo quiero que la vigiles de lejitos, que nada le pase, y ya cuando yo

regrese haces tus gracias, pero supervisado -sentenció Aaron. 1

-Bueno, buen, todo sea por complacerte. ¿Cuándo tengo que ir?

-Me voy mañana, así que hoy mismo. Llámame cuando llegues a Londres.

-Si jefe.

Aaron colgó con la tranquilidad de que Nahia estaria más que protegida. Caleb podia ser un cerebrito,

pero le habían roto la cara suficientes veces en su vida como para que aprendiera a defenderse,

además

tenia una habilidad especial para activar equipos tácticos como ningún otro

Sin embargo no tenia ni idea de lo caro que iba a tener que pagar por aquella tranquilidad.