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La Esposa del Ruso by Bella Hayes

Capítulo 11
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Capítulo 11

Horas más tarde, cuando Jelena entró a su habitación cargada de paquetes se encontró con que Gema

la estaba esperando sentada en su cama, al verla entrar se levantó y se cruzó de brazos para mirarla

con seriedad.

-¿Me dirás que demonios ocurre? Y no me salgas con el cuento de que se estaban viendo a escondidas

y pelearon porque sé que no es así. Yo fui la que le mostré la foto de ustedes a Konstantin y estaba

presente cuando él lo llamó para preguntarle que había ocurrido. El muy idiota no tenía ni idea de que

se había acostado contigo.

Las palabras de Gema provocaron la risa de Jelena. «Hubiese querido estar mirándolo cuando se

enteró», pensó con malicia.

-Es cierto, Mikhail no lo sabía, era parte de mi plan -dijo Jelena aun sonriendo.

-¿Qué plan? ¿Qué sucede, Jelena?, ¿por qué haces esto? -El que formule para desquitarme de Mikhail

y de papá. ¿Recuerdas cuando fuiste a visitarme y mi padre estaba allí?

-Sí, me imaginé que algo debía ocurrir cuando después de tantos años fue a visitarte. ¿Qué te hizo el

desgraciado? -Papá estaba furioso porque Mikhail quería romper el compromiso conmigo, en su cara le

dije que no me importaba, que yo tampoco quería casarme con él. Mi padre me dijo que si mi

compromiso se rompía y no me casaba con Mikhail debía volver a Rusia, que ya había hablado de una

posible unión con un jefe de la Bratva.

-¿Sabes que no puede obligarte? -preguntó Gema con preocupación. -Por supuesto que lo sé, me reí

en su cara. Entonces me dijo que se llevaría a Karlen. Que lo entregaría a la Bratva para que lo

formaran como a un capo, pero que debía comenzar desde abajo y aprender el negocio como cualquier

miembro. Que ya tenía en la mira una alianza matrimonial para él que le garantizaría un alto puesto

dentro de la organización.

-Creo que tu padre estaba fanfarroneando para obligarte a hacer lo que él desea -dijo Gema. -Tal vez

sea cierto, pero no puedo poner en riesgo a Karlen, nunca me lo perdonaría si papá decide llevárselo,

es un buen chico y si en mis manos está que él nunca pierda su humanidad haré lo necesario para que

así sea. -Explicó Jelena con la rabia ardiendo en su mirada.

-Malnacido ¿Y por qué no hablaste con mamá o con Dimitri, hasta con el mismo Mikhail? – preguntó

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Gema. -Ellos pudieron meter en cintura a Iván, ya lo han hecho con anterioridad.

-Porque me da miedo que cumpla su promesa y se lo lleve; y porque estoy harta, me niego a

convertirme en otra víctima de mi padre. Quiero que él se avergüence de mí, que sienta que le salió el

tiro por la culata. Me casaré con Mikhail, pero él pagará por cada una de las mujeres con las que me

engañó, no dejaré ofensa sin cobrar. Además, estoy harta de sus humillaciones, no seré la mujer

discreta, juiciosa y tranquila que él espera que sea. -¿Has pensado bien lo que estás haciendo? ¿No

crees que este engaño pueda volverse en tu contra?

-No sucederá. Tal vez si amara a Mikhail estaría preocupada, pero no es así. Solo permaneceré casada

el tiempo que falta hasta que Karlen cumpla la mayoría de edad, después pediré el divorcio. Mi prisión

no será para siempre. -Creo que Mikhail cometió un error al subestimarte y pensar que como eras una

niña no verías la prensa o no te importaría, y sé que él como adulto debió ser más discreto con sus

aventuras, pero Jelena te conozco, sé que tu corazón es muy noble y me preocupa que te enamores de

él y pierdas tu oportunidad de ser feliz. -dijo Gema con cariño.

-Eso no sucederá, Gema, mi corazón esta blindado contra Mikhail desde el comienzo de este

compromiso, te aseguro de que nunca me enamoraré de él. Un par de horas más tarde, después de que

Gema se despidió, llamó a su padre. -Padre, he cumplido mi parte del trato, la boda será en tres

semanas así que envíeme a Karlen.

-¿Estás loca? ¿Cómo te atreves a hacerme pasar esa vergüenza, Jelena? Eres una furcia, una ramera

como tus hermanas.

-No me joda, padre, cumplí mi parte del trato. Envíeme a Karlen o iré con Dimitri y le contaré cómo

usted me obligó a engañar a Mikhail. Le inventaré cualquier cosa horrible para hacerlo quedar mal y le

aseguro de qué él me creerá. Le juro que si incumple nuestro trato se arrepentirá. Tiene dos días para

enviarme a mi hermano o aténgase a las consecuencias -gritó la joven cortando la llamada.

Las manos le temblaban, se dejó caer en la cama tratando de calmarse. La tensión estaba pasándole

factura y rezó para tener las fuerzas para seguir adelante, nadie podía verla en ese estado, no podía ser

débil.

Dos días después recibió una llamada del asistente de su padre, Karlen llegaba esa tarde y debía ir al

aeropuerto a recibirlo, no cabía de la emoción cuando llamó a sus hermanas para contarles la buena

noticia. Unas horas más tarde, Mikhail fue a buscarla para llevarla al aeropuerto, cuando se enteró de

que el chico llegaba pensó que sería una buena manera de rebajar la tensión entre ellos y que

aprovecharía la oportunidad para hablar con Jelena.

Jelena se sorprendió un poco cuando le anunciaron de que Mikhail estaba en el salón esperándola, se

terminó de vestir con rapidez, quería despacharlo pronto porque en poco tiempo debía salir por su

hermano.

La primera sorpresa se la llevó Mikhail cuando esperaba a su prometida en el vestíbulo y la vio bajar

enfundada en unos sencillos vaqueros, un top amarillo, unas Converse, el pelo recogido

en una coleta y casi sin maquillaje. Jelena frenó en seco al verlo, se veía guapísimo en ropa deportiva.

El jean negro y la camiseta clara le hacía ver más joven, frunció el ceño ante sus pensamientos. -¿Qué

haces aquí? -preguntó con sospecha.

-Vine a recogerte para llevarte al aeropuerto a recoger a tu hermano.

-Pensaba irme con Ivanna.

-Katerina me dijo que los chicos tenían un cumpleaños y Ivanna se va directa al aeropuerto después de

la fiesta, al igual que Katerina, por eso me ofrecí a llevarte.

-Está bien, ¿podemos irnos ya? -Es un poco temprano, pero podemos esperar allí. -Sí, por favor. -

Resulta extraño que tu padre envie a Karlen en estas fechas, generalmente espera hasta que casi

comiencen las clases –comentó Mikhail en voz alta.

-Quizás lo hizo por mi boda.

-No lo creo, según Dimitri estaba furioso por los titulares de la prensa, costó mucho calmarlo. ¿Te dijo

algo a ti? -Claro, me llamó furcia y ramera entre otras cosas.

-Lo llamaré para aclarar las cosas. -¡No! Me tiene sin cuidado lo que mi padre piense de mí, mientras

más furioso esté más alejado se mantendrá.

-¿Crees que vendrá a la boda?

-No, y tampoco quiero que venga, mi padre y yo no tenemos muy buenas relaciones – respondió

molesta.

-¿Cuándo debes ir a cerrar tu apartamento en Durham? -preguntó Mikhail buscando distraerla para

cambiar de tema y tratar de que se calmara.

-No lo haré, mi amiga Rania vive allí, pero debo ir la semana que viene a buscar unos documentos.

Pediré un traslado de universidad para continuar mis estudios aquí y traerme algunas cosas.

-Yo te llevaré -se ofreció Mikhail.

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-No hace falta, puedo ir en tren, me quedaré a dormir una noche y regresaré al día siguiente. -Insisto, te

acompañaré. – Jelena lo miró con curiosidad, evaluando la situación, finalmente se encogió de

hombros.

-Como quieras -dijo con aparente indiferencia. Sin embargo, su corazón se aceleró al escuchar la

noticia, tendrían una noche para ellos solos. Llegaron a la terminal aérea, ubicaron la rampa de llegada

de los vuelos privados y se sentaron a esperar. Jelena estaba inquieta por lo que su padre le hubiese

podido decir a Karlen, se levantaba, caminaba y se volvía a sentar. Mikhail, viéndola tan nerviosa, fue

hasta un puesto de la terminal y regresó con un té.

-Toma -le dijo ofreciéndole la bebida

-Gracias -respondió ella con una media sonrisa. -¿Por qué estás tan nerviosa?

-No sé qué pudo haberle dicho mi padre a Karlen sobre lo nuestro y me preocupa que esté cabreado

por lo que hice.

-Entiendo, a veces eres un poco impulsiva y no mides las consecuencias de tus actos, debes

pensar las cosas antes de actuar y no dejarte llevar por las emociones. –¿Como lo haces tú? ¿Acaso

mediste las consecuencias cada vez que me ponías los cuernos? – replicó molesta, Se sentía criticada

y en el fondo debía aceptar que actuó sin evaluar las posibles repercusiones de sus actos.

-¿Qué pasa, Jelena, volvemos a lo mismo? ¿Cómo es posible que creas todo lo que escriben en la

prensa amarilla?, ¿no sabes acaso que casi todo es inventado? -preguntó cansado de sus

acusaciones.

-Déjame en paz, cabrón -respondió furiosa. Sabía que en parte él tenía razón, pero primero se dejaría

morder por un perro que estar de acuerdo con sus palabras. Decían que la mejor defensa era el ataque

y eso estaba haciendo ella, defendiéndose.

-Yo no empecé, y no seas tan soez. Estoy intentado que nos llevemos bien, pero contigo me siento

como si estuviera pisando un campo minado, nunca sé cuándo vas a explotar ni por qué.

En ese momento, Karlen salió por la puerta de desembarque y Jelena se olvidó de su prometido. Corrió

a recibir a su hermano, la pelea quedó atrás, su rostro reflejaba el amor que sentía por el chico. La

dulzura con que lo trataba hizo suspirar a Mikhail. Ojalá algún día sintiera por él, aunque fuera una

cuarta parte del amor que sentía por su hermano que, al verlo, sus labios sonrieran con esa alegría que

llegaba hasta sus ojos.