Capítulo 177 - En verdad me olvide de eso -dijo Kathleen torpemente, – No te preocupes.
No lo dejare ir sin más -dijoSunucl en un tono frigido y prepotente.
– Sólo puedo animarte, entonces.
Mirándola, resopló.
Ella frunció el ceno.
- Qué es esa mirada? - ¡Felix casi se convierte en tu abuclo! –comentó con amargura.
Al oir eso, Kathleen se quedó sin palabras.
No obstante, la tomó de la mano y siguió caminando hacia delante.
– iQue mezquindad! –murmuró en voz baja.
-¡Claro que si! No queriendo discutir más, miró el reloj del edificio.
-Sam, es casi medianoche.
Habían acordado no tener nada que ver el uno con el otro después de que elreloj diera las
doce.
Ni siquiera con la familia.
En el futuro, Samuel no la molestaria más.
– Por aqui! -Le apretó la mano con cuidado.
Ella le siguió hasta la ladera de una montaña.
Mirando hacia abajo, podían ver toda la ciudad.
Samuel se quitó la máscara.
Hacía mucho frio en la montaña en invierno.
Luego ayudó a Kathleen a quitarse también la máscara.
A continuación, le tomó la cara con ambas manos.
Su pequeno rostro era impecable, tan justo y delicado.
No sólo eso, sino que sus grandes ojos cran como perlas negras que brillaban en la
oscuridad.
Samuel no pudo evitar tocarle la cara con sus frios dedos, sus oscuros ojos se volvieron
bruscamente escarlatas.
-Ya casi es hora de despedirse, -Ella levantó su mano y cubrió con cuidado el dorso de la
suya.
No pudo pronunciar una palabra - Sam? - Kathleen frunció los labios Su respiración se hizo
más pesada cuando bajó la cabeza ycapturó sus labios, descargando todas sus emociones
en ese beso, Rcticcncia arrepentimiento, indignación.
Nunca se habia sentido tan emocionado y casi quería retractarse de sus palabras, De
verdad no queria dejarla ir, pero¿qué podia hacer? Kathleen ya se habia despedido de él y
sabia que nunca podrían volver.
Dijo que tenian que mirar hacia adelante.
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Por lo tanto, no tuvo más remedio que respetar sus deseos aunque ella ya no estuviera en
su futuro.
Senua que su vida se había detenido y había perdido toda motivación.
La razón por la que aceptó fue que quería hacerle la vida más fácil.
Eso fue todo.
Los fuegos artificiales aparecieron en la pequena ciudad al pie de la montaña.
Mientras tanto, Samuel besaba a Kathleen con tanta pasión como si estuviera a punto de
devorarla.
En su estrecho abrazo, la mujer apenas podia moverse.
Cuando se separaron al terminar los fuegos artificiales, sus piernas se habían debilitado.
Samuel respiró con fuerza mientras le sujetaba la nuca con su gran mano.
– Te quiero, Kate.
– Sólo te querré en mi vida.
No importa donde vayas, te voy a extrañar..
Al dia siguiente, Samuel y Kathleen salieron juntos del hotel.
Charles vino a recoger a Kathleen al vestibulo.
--Dormiste bien anoche? -preguntó Samuel con amabilidad mientras miraba a la mujer,
parecía estar tratando de contenerse.
Se sonrojó.
-Mm…
–Anoche…
Hizo una pausa- Si te sientes mal, entonces ve al hospital.
Su cara se puso aún más roja al oír eso.
Cómo iba a ir al hospital! Anoche fue en verdad...
Ime invadio la lujurial De hecho, Samuel era demasiado bueno para hechizarla.
-Entra en el coche -dijo Charles con una expresión sombria.
– Mm…
- Kathleen no tuvo más remedio quc ascitir, mirando a Samuel.
Adiós.
– Adiós.
-El hombre retiró su mirada, Al verlo en ese estado, pudo adivinar que Samuel se había
desprendido por completo de ella después de la noche anterior.
-Bien.
Asi es como debe ser”.
Subio rápido al vehiculo.
Después de cerrar la puerta, Charles instó al conductor a salir de inmediato.
Samuel solo levantó la cabeza cuando el coche se alejó.
Dijo con tono frio:
-Volvamos tambien.
-Sr.
Macari, cen verdad va a renunciar a la Sra.
Johnson? —preguntó Tyson.
-Renunciar? -Samuel se burló-, ilmposible!
Tyson estaba sorprendido.
Lo sabía!
Samuel entrecerró los ojos.
Si no lo hubiera dicho, icómo habría podido tenerla?.
Ahora que había conseguido el cuerpo de Kathleen, procederia a ganar su corazón a
continuación.
Sin embargo, ya no tenía prisa.
- Kathleen es tan joven y adorable: sólo me puede pertenecer a mi.
Tyson pensó que Samuel era astuto y calculo que el hombre recibiría una dura lección de
Kathleen en elfuturo.
Sin duda alguna.
No hay duda.
En el coche, Charles miró a su hermana y le preguntó: -¿Qué pasa? – Nada – Kathleen
sacudió lacabeza con indiferencia.
Por alguna razón, seguia recordando lo que había pasado en la habitación del hotel la
noche anterior Había habido un apagón en el hotel, y sabiendo que ella tenia miedo a la
oscuridad, Samuel se quedó con ella toda la noche.
Sin embargo, lo que sucedió despues fue…
iAhhh! Todavia estaba un poco incredula, Por alguna razón desconocida, el ambiente de
anoche se volvió intimode repente, Es cierto que Samuel lo hizo sólo una vez, como habia
prometido.
Sin embargo, podia sentir su tacto por todo el cuerpo.
Cada centimetro de su piel habia sido cubierto por su aliento, y parecia que queria dejar
algún tipo de marca en ella para que la gente que la codiciara nose atreviera a acercarse
a ella de nuevo Anoche fue una locura.
Samuel casi se vuelve loco.
Kathleen miró por la ventanilla del coche y dijo: - Aparca en la farmacia de enfrente.
Charles se quedó sin palabras.
Samuel Macari, ese maldito bastardo!» -ilré a buscarlo! -La rabia surgió en su pecho.
Salió rápido del coche y regresó poco después, entregándole la medicina con una
expresión sombria.
– Cómetelo.
-¿Esto es un analgésico? – preguntó Kathleen, perpleja.
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏm-No seas tonta.
Tienes que tomar…
pildoras anticonceptivas después de hacer eso,
Arrugó las cejas.
– Después de hacer qué? Charles, tú…
Charles hizo una breve pausa.
-Me he equivocado?
Kathleen se quedó sin palabras.
-Entonces, ¿por qué han hablado con tanta ambigüedad hace un momento? Es muy fácil
que se lesmalinterprete-se quejó.
Estaba demasiado avergonzada para decir algo más.
Samuel no llegó hasta el final.
Se limitó a besarla y casi la hizo perder la cabeza.
No habia pasado por alto ninguna parte de su cuerpo con sus labios, afirmando que queria
que ella sintiera unadichia inolvidable.
Al final, lo hizo de verdad, y de hecho todavía se repetia vividamente en su mente.
–Bucho, entonces me equivoque con el esta vez.
–Charles respiro aliviado.
Te comprare algunos analgésicos,
Volvió a salir del coche.
Mientras tanto, Kathleen ocultó su cara en su chaqueta de plumón, sonrojándose.
Kathleen había vuelto para continuar su rodaje.
Por la noche, Diana la llamó.
– Katic, lo he arreglado todo.
No te olvides de venir mañana por la noche -dijo la mujer con una sonrisa.
-Gracias por todo, vieja señora Macari.
– Kathleen estaba agradecida.
-¡No seas tonta! No quiero que me des las gracias.
-Estaré alli mañana por la tarde.
Nos vemos entonces.
– Genial! – Diana asintió y colgó.
Sin embargo, en cuanto se levantó y se dispuso a volver a su dormitorio, vio a Samuel.
—¿Por qué has vuelto? -He vuelto para verlos a todos, por supuesto.
Tengo miedo de morirme un día y no volver a verlos — respondió el hombre con apatia.
Al oir eso, Diana se quedó sin palabras.
-Incluso si me muero, no les importará de todos modos -añadió Samuel con frialdad-.
Todos ustedes se preocupan más por Christopher que por mi.
Me pregunto si debería intercambiar mi posición con él.
- Tu! – Diana lo fulminó con la mirada y se rió-.