Capítulo 297
Amelia dudó un momento, pero finalmente contestó la llamada y la sonriente cara de Elisa apareció en la pantalla.
“Amandita, soy tu abuelita.”
Al ver que Amelia había contestado, la anciana se alegró mucho, sus ojos se curvaron en dos hermosas sonrisas, irradiando una calidez y ternura sin igual.
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇtAmelia no pudo evitar sonreírle: “Hola, abuelita.”
Y con un poco de disculpa dijo: “Lo siento, abuelita. Acabo de llegar a casa ytopé con un asunto, seolvidó llamarte para decirte que estoy bien.”
“No te preocupes, mi niña. Lo importante es que estás en casa,”
La abuela decía con una sonrisa, mientras acercaba su rostro al teléfono y miraba a Amelia con satisfacción y un toque de ternura.
Amelia se sintió incómoda bajo esa mirada y justo cuando iba a despedirse, la anciana expresó sentimentalmente: “Mi Amandita está creciendo, qué bueno.”
El tono conmovedor en la voz de la anciana hizo que Amelia sintiera un nudo en la garganta, aunque racionalmente sabía que la estaba confundiendo con alguien más.
“Abuelita,llamo Amelia. ¿Puedes llamaAmelia o Meli, por favor?” Dijo suavemente, esperando corregir su forma de dirigirse a ella.
Pero antes de que pudiera terminar su frase, la abuela hizo un puchero, visiblemente herida: “¿Ya no quieres a tu abuelita, Amandita?”
Amelia se quedó sin palabras.
La anciana, con voz aún más afligida, dijo: “Si Amandita no quiere que la llasí, entonces la llamaré Meli de ahora en adelante.”
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏmLa voz de la anciana seguía sonando triste y llena de desilusión.
Ella se sintió inundada por un inmenso sentimiento de culpa.
Sentía que estaba apagando la última esperanza de una anciana enferma.
“Abuelita,” intentó Amelia explicarle, “Amandita está en casa, ella ya volvió. ¿No te acuerdas?”
Desde el otro lado de la videollamada, la voz tranquilizadora de Manuel se hizo oír: “Mujer, Arnandita está arriba, hace poco estaba contigo.”
“¡No!” Repentinamente, la abuela se volvió molesta, rechazando a Manuel con firmeza, “Amandita está hablando por
teléfono.”
Amelia se sintió un poco avergonzada.