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¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo

Chapter 226
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Capitulo 226 At or las palabras de Nathan, Carol funcié el ceNo importaba cuédnto estuviera Ape enamorado, a ella solo le importaba “Ya han pasado tantos dias, puede soportar no comer?” Pregunté Carol preocupada.

“Bueno, no ca que no coma nada, pica algo de vez en cuando, solo lo justo para sobrevivir. Dicen que el chico ha perdido varios kilos en pocos dias. Explicé Nathan.

Carol se quedd en shock. “Perdid varios kilos?” “S. Miro ya de por si tenia mucho en la cabeza, y tltimamente ha estado enfermo. Cuando comia bien, mantenia el peso, pero ahora que casi no come, adelgaza rapido.” Carol se mordi6 el lade la angustiada y comenz6 a sentirse culpable.

Solo de pensar en Miro pélido y delgado, se llenaba de remordimientos.

Todo era por su culpa! Si ella hubiera insistido en cocinarle todos los dias, él no habria perdido peso.

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Después de salir del hospital, Carol fue directo al supermercado y lleno el carrito de compras sin parar.

Al llegar a casa, chaqueta, cambié de zapatos y, remangéndose las mangas, se lanzé a la cocina.

o quit s Estuvo alli por mas de dos horas, preparando una docena de platos, todos para Miro.

Pero luen se preocup6 Como se los podria llevar a Miro? Después de los incidentes anteriores, no se atrevia a acercarsele abiertamente.

Incluso si no pensaba en su propia seguridad, tenia que pensar en sus tres nifios. No podia arriesgar a los demas por salvar a uno solo.

Carol pens6 un buen rato hasta que tuvo una idea brillante.

Agarré su teléfono y llamé a un servide mensajeria Anot6 bien la direccién y pidié al mensajero que le llevara la comida.

También le dijo que si le preguntaban quién habia enviado la comida, no debia decirlo.

Le preocupaba que si la gente de Margarita descubria esa comida, volverian a molestarla.

No importaba, mientras Miro viera la comida sabria que era de ella y la comerfa sin problemas.

Sin embargo...

El mensajero apenas habia llegado a la entrada del complejo cuando fue detenido por los guardaespaldas que estaban al acecho.

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Desde que Margarita habia aparecido, Aspen habia puesto guardaespaldas alrededor de su casa.

A los guardaespaldas les parecié muy sospechoso que de repente un mensajero apareciera con comida y, al negarse a revelar su origen, parecia ain mas sospechoso.

Los guardaespaldas de Aspen eran hombres altos y fuertes, con un aura intimidante, y el mensajero estaba aterrado.

Répidamente llamé a Carol diciendo, “Seforita,han detenido, insisten en saber quién envia esta comida, ;qué hago?” Carol se puso nerviosa y pregunto, “;Quién te detuvo?” “No los conozco, son dos hombres en traje, dan miedo.” Dijo el mensajero.

Carol no estaba segura de si eran hombres de Aspen, solo pudo decir, Pues lleva la comida de vuelta te pagaré igual.” El mensajero dijo casi llorando, “El problema es que nodejen ir si no dices quién eres.” El mensajero ya estaba desesperado, era solo un pedido de comida, pero se sentia como si fuera a dejar su vida alli.

Senorita, lo lento, pero tendré que decirles quién es usted.” Antes de que Carol pudiera responder, el mensajero ya habla revelado su ubicacién a los guardaespaldas Al reconocer a Carol, los hombres se emocionaron de inmediato y contactaron a Abel, “Abel gran sorpresa! La sefiorita Carol encomida para Miro.” Abel no podia creerlo, “;En serio?” “iEn serio! El mensajero esta aqui con nosotros ahora, Carol no vino, pero mandé a alguien con tres contenedores térmicos llenos de platos deliciosos.” “Esperen a que confirme, dijo Abel, tratando de contener su emocién y llamé a Carol.

Despues de confirmar la noticia, salié disparado de su oficina hacia la oficina del presidente.

La gente lo veia emocionado y lo intent6 detener para preguntarle, “Abel, ;hay buenas noticias?” Abel, con una sonrisa radiante, dijo “ijPreparense, hoy vamos a tener el dia libre! jY si no es asi, seguro que no trabajaremos horas extras!” Todos estaban encantados, “;De verdad?” [x iEsperen las noticias!” Dijo Abel antes de dirigirse a la oficina de Aspen.

Lleno de confianza, Abel irrumpid en la oficina del presidente, y por la emocién, ni siquiera tocd la puerta.

“Aspen, tenemos una gran noticia!”