NovelEnglishCapitulo 946
Javier condujo para llevar a Fernanda y Marisol primero a la Mansién Huerta, y luego él y Fablo fueron
réapidamente hacia la empresa para revisar la situacion.
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Al entrar, Fernanda y Marisol se encontraron con un grupo de expertos médicos extranjeros yendo y viniendo por
el vestibulo de la planta baja, aparentemente discutiendo sobre alguna estrategia, mientras los mayordomos y
empeladas corrian de arriba abajo en un aparente estado de emergencia.
Femanda recordé que, seguin su vida anterior, Pedro no deberia haber fallecido tan pronto. Aunque muchas
cosas habian cambiado desde su renacimiento, la progresion de una enfermedad no deberia adelantarse, ;o si?
“No sé como estaré la situacién ahora”.
Marisol, por su lado, estaba claramente nerviosa y asustada también de ver la situacién en el vestibulo de la
mansion Huerta. La Ultima vez que habia visto tanto desorden en la familia Huerta habia sido cuando el anterior
lider de la familia habfa fallecido.
Fernanda dijo: “Subiré a ver”.
“iYo te acompafo!”
En el segundo piso, cuando Fernanda y Marisol llegaron, las empeladas estaban demasiado ocupadas como para
prestarles atencién. Fernanda mir6 a su alrededor y rapidamente se dirigié hacia la habitacién de Pedro.
Afuera del dormitorio, dos guardaespaldas estaban parados frente a la puerta, y cuando Fernanda y Marisol se
acercaron, los guardias extendieron sus manos para detenerlas.
“Srta. Fernanda, Srta, Marisol, el sefior esta recuperandose y no puede recibir visitas”.
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Marisol pregunté con preocupacion: “;Es realmente grave?”
La silenciosa respuesta del guardaespaldas actu6 como una confirmacién.
“Si no podemos verlo, esperaremos abajo”.
Fernanda, preocupada, estaba a punto de irse cuando Liberto salié de la habitacién y dijo cortésmente: “El sefior
desea hablar con la Srta. Fernanda, por favor, pase”.
Al oir esto, Marisol pregunté confundida: “;Y yo no puedo?”
Liberto sonrié y dijo: “Srta. Marisol, ;no estuvo aqui ayer? Y creo que también el dia anterior, y el dia antes de
ese...
“iEstd bien, esta bien, no entraré! Contintien con su charla secreta“.
Marisol se detuvo répidamente, solo queria asegurarse de que Pedro estuviera bien, visitdndolo a menudo, sin
esperar que su preocupacion resultara ser mas molesta para el enfermo que para ella misma.
“Marisol, ya vengo voy a entrar".
“Ve, pero recuerda usar tapa bocas’.
En sus visitas anteriores, el olor a desinfectante en la habitacién casi la habia abrumado. Y no podia entender
cémo Pedro, con su fragil cuerpo, podia soportar tomar tantas pastillas.
Fernanda sigui6 a Liberto hacia la habitacién de Pedro, donde un fuerte olor a desinfectante la golpe¢, llevandola
a cubrirse automaticamente la boca. Esperaba ver a Pedro débil y palido en la cama.
Sin embargo, para su sorpresa, la cama estaba vacia, Gird la cabeza y encontré a Pedro sentado en un sofa
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jugando a las cartas con dos empeladas.
Fernanda estaba desconcertada.
(Qué estaba pasando?
Pedro levanto la vista con su mirada
sonriente al ver entrar@Femanda.
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“iNo estabas enfermo?”
Fernanda mir6 las cartas sobre la
mesa y luego el saludable rostro de
Pedro, que no TEREST
epfermdddd. Seria 6 a Liberto, quien
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fingié no ver nada y salié de la
habitacion, cerrando
cuidadosamente la puerta detras de
él.
“Sr. Huerta, usted...”
“Espera un momento”.
Pedro saco de la baraja un par de
comodines, haciendo que las
empeladas negaran cen laCdbezd en
sgfial bens En ese momento,
Pedro lanz¢ las siete cartas que le
guedaban en la mano: “Seis, siete,
ocho, nueve, diez, completo! Gane".
B
Acto seguido, Pedro extendié ambas manos: “Paguen
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