Capítulo233
Para facilitar el proyecto de la Ciudad Próspera, Enrique invitó al alcalde Ximénez y a su esposa a
jugar al golf en el campo de golf al oeste de la ciudad.
Por lo general, este lugar era un sitio de alto consumo y tenía pocos clientes, pero hoy parecía estar
reservado exclusivamente, con sólo personas de la familia Hernández y del alcalde Ximénez
presentes.
Ema era terrible para jugar al golf. Aunque su habilidad no era buena, su equipo era suficiente. Con
una figura elegante, vistiendo un traje de golf blanco puro y un maquillaje ligero y adecuado, se paró
junto a su hija, Leona, pareciendo hermanas.
La razón por la que trajeron a Leona aquí era para que pudiera mostrarse frente al alcalde Ximénez
y su esposa.
Después de todo, Leona ya tenía veinticinco años, estaba en edad del matrimonio. Ahora Ema no
quería dejar pasar ninguna oportunidad para presentar a Leona a posibles candidatos, incluso si sabía
que su hija estaba enamorada de Rodrigo, no podía poner todos sus huevos en una sola canasta,
tenía que extender sus redes ampliamente y enfocarse en cultivar diversas oportunidades.
–
– Buenos días, Señor Ximénez y Señora Ximénez. — Leona hizo una elegante reverencia,
mostrando una sonrisa amable y encantadora.
-Esta es su hija, ¿verdad? ¡Eres aún más hermosa en persona que en la televisión! – dijo la Señora
Ximénez mientras observaba a Leona con una sonrisa.
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇtLa expresión de Ema y su hija se tensó momentáneamente.
Lo que se dijo sin intención, el oyente lo tomaba a mal. Sintieron que la Señora Ximénez estaba
insinuando discretamente el incidente en el que Leona realizó una conferencia de prensa para
disculparse públicamente.
Aunque la conferencia de disculpa ya no estaba en boca de todos, todavía circulaban imágenes
humillantes de Leona en línea, con todo tipo de comentarios despectivos. Era una situación muy
vergonzosa para ella.
El alcalde Ximénez tosió ligeramente y le hizo una señal a su esposa para que se detuviera.
La Señora Ximénez finalmente reaccionó y dijo con risa nerviosa: -La Señorita Hernández es
realmente una belleza de mujer. En mi opinión, decir que es la figura destacada entre todas las
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– Usted me halaga bastante, Señora Ximénez.
–
Respondió Ema mientras sostenía el brazo de Leona con una sonrisa: – ¿Por qué su hijo no ha venido
boy? Sé que su hijo es un joven talentoso y también es compañero de estudios de Leona.
– Oh, mi hijo tiene algunos asuntos de negocios hoy y no puede liberarse. – dijo la Señora
Ximénez.
-¡Qué lástima! En ese caso, la próxima vez puedo organizar un encuentro para que nuestras dos
familias vuelvan a reunirse. – ofreció Ema con entusiasmo.
–
– Jaja…seguro, seguro.
–
Por
Las palabras de la Señora Ximénez revelaban cierta insinceridad, de repente preguntó: cierto, ¿la
Señora Hernández acaso no tiene también otra hija pequeña? ¿Por qué no vino con
ustedes?
La sonrisa forzada en el rostro de Leona ya no podía mantenerse. Las palabras de la Señora
Ximénez insinuaban claramente que no le agradaba.
Si no le agradaba a ella, estaba bien, tampoco era que ella tuviera al hijo del alcalde en alta estima.
Pero esta mujer mencionó a la puta de Noa frente a ella, ¿acaso eso no era eso vergonzoso para ella?
Ema sólo pudo responder cortésmente: – Mi hija menor tiene una salud un poco delicada y suele estar
en casa tomando medicinas y descansando. Además, es tímida y no le gusta estar con mucha
gente, por eso no vino con nosotros.
—
–
¿Ah, a tan corta edad tiene algún problema de salud? Espero que no sea nada serio.
Está bien, mientras esté bien cuidada.
Ema entendió lo que estaba pensando la Señora Ximénez, que no tenía interés en su hija mayor,
pero ahora quería casar a su hijo con la familia Hernández, por lo que había puesto sus ojos en su
hija menor.
¡Cómo se atrevía a tratar a mi hija como si fuera cualquier cachivache para ser manipulado a gusto!
Señor Hernández y su hijo ya habían jugado varios hoyos de golf con el alcalde Ximénez. Ahora
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏmpaseaban despreocupadamente charlando en el césped.
–
Alcalde Ximénez, debemos agradecer su gran apoyo por permitir que la familia Hernández se
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mano del alcalde.
– Oh, no hay necesidad de mencionarlo. Tu y yo hemos cooperado juntos en varios proyectos
antes. ¿Cómo podría olvidarme de ti? – respondió el alcalde Ximénez con tono amigable. Después de
todo, él y Enrique tenían una amistad de más de diez años.
– Por la noche, te lo organizaré. Los dos podemos celebrar con una comida bien rica.
–
Hoy es el cumpleaños de mi suegro. Como yerno, aunque esté muy ocupado, tengo que estar
presente.
El alcalde Ximénez sonrió y respondió: – Después de que firmemos el contrato el viernes, podemos
celebrar sin prisas. ¡No regresaremos a casa hasta estar bien ebrios!
Mientras los dos hombres charlaban alegremente, Alejandro mantuvo una expresión inexpresiva
en su rostro. Pero sentía una pesada losa en su pecho, dificultando su respiración.
Antes del viernes, tenía que ganar este proyecto.
Si esperaba hasta después de la firma del contrato, tendría muy poco espacio para maniobrar.
Aunque revelara las acciones de Ema, el asunto se reduciría a un asunto familiar, y Enrique
intentaría ocultarlo para proteger la reputación de la familia.
Sólo cuando esta situación era incontrolable y no podía ser ocultada, él podrá eliminarla del juego.
Justo en ese momento, un autobús se acercó lentamente y se detuvo frente a ellos.