Capítulo 58
Cuando el medico salio, se dio cuenta de la mirada sombria de Samuel vestuvo a punto de
irse sin querer
meterse en problemas.
-Alto ahi-dijo Samuel con voz gelida.
El médico se detuvo y pregunto nervioso:
-Senor Macari, ¿en qué puedo ayudarle?
-¿Has visto la grabación de las cámaras de vigilancia? -preguntó Samuel con frialdad.
El medico asintió.
-Si, por supuesto. Este es un asunto serio.
-¿Que uso Kathleen para controlar a ese hombre? -Samuel frunció el ceño.
El medico respondió:
-Es una aguja de plata que se utiliza en acupuntura. Anoche, la situación de Benjamin era
crucial, y ella utilizó una aguja de plata para salvarlo.
«¿Una aguja de plata?>>
Samuel no sabia que Kathleen poseía esa habilidad.
-Su abuelo era médico de medicina tradicional. Incluso ocupaba el puesto de asesor en la
sede del Hospital Nacional de Medicina Tradicional -explicó el médico.
Samuel se quedó callado, ya que no era consciente de ello.
Nunca tomó la iniciativa de saber más sobre Kathleen, a pesar de que había estado
delante de él. Sin embargo, ni una sola vez trató de entenderla de corazón.
– Ya veo. -Samuel asintió.
Luego, se volvió hacia Tyson y le ordeno:
-Ve a buscar a ese hombre.
-Sí, entendido -respondió Tyson en tono serio.
Después de eso, Samuel fue a buscar a Nicolette.
Nicolette acaba de terminar de peinarse.
Se sintió ansiosa cuando vio que se le había vuelto a caer un mechon de pelo.
*Si esto continua, podria morir…”
En ese momento, oyo unos pasos que venían de fuera y de inmediato se puso el
sombrero.
Samuel entró en la habitación, con ojos oscuros y frios.
Nicolette estaba a punto de esconder su pelo caido, pero Samuel se acercó a ella y agarró
los mechones de pelo en su palma.
Tenia tanto miedo que sus ojos se pusieron rojos.
-Samuel, si un dia pierdo todo el pelo, ¿llegarias a estar resentido conmigo?
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Samuel negó con la cabeza.
Los ojos de Nicolette se llenaron de lágrimas al instante.
Abrazo a Samuel y le dijo:
-Sabia que no lo harias.
Al calentar eso, Samuel sintió un peso en su corazón.
Nicolette entonces continuó entre sollozos:
-Samuel, ya no quiero la médula. ¿Puedes divorciarte de ella? Quiero pasar los dias que
me quedan contigo. Asi no tendré ningún remordimiento aunque me muera.
Ella queria que Samuel y Kathleen se divorciaran lo antes posible, a cualquier precio. No
queria que Samuel dudara más.
Su vacilación mostró que tenia sentimientos por Kathleen.
Nicolette no podia dejar que las cosas se desarrollaran de esta manera. A este ritmo,
perderia a Samuel para siempre.
-Samuel, casemonos. El mayor deseo de mi vida es casarme contigo. Después de cumplir
mi deseo, podré morir sin remordimientos -persuadió Nicolette entre lágrimas con voz
lastimera.
Samuel permaneció en silencio y no dijo nada.
Nicolette se sintió incomoda e insto:
-¿Samuel?
Sin embargo, apartó a Nicolette.
–Deberiamos esperar un poco más. No te dejaré morir -dijo con indiferencia.
Nicolette sollozo mientras lo miraba.
-Samuel, quiero hacer nuestras fotos de boda antes de que pierda todo el pelo. ¿Puedes
hacerlo por mi?
Samuel hizo una pausa antes de aceptar
Al oír eso, el humor de Nicolettese allgero,
– ¡Vamos a la prueba del vestido manana entonces?
-De acuerdo -respondio Samuel
Nicolette estaba muy satisfecha con el resultado.
Que ella supiera, Kathleen nunca había llevado un vestido de novia ni se había hecho
fotos de boda con Samuel
-Hay algo que quiero preguntarte -dijo Samuel con expresión seria.
–¿Que pasa? – Nicolette le miró nerviosa.
-¿Enviaste a alguien para herir a Kathleen? –preguntó Samuel con voz tranquila.
Nicolette se quedó atónita.
Supuso que le preguntaria si fue ella quien envió al hombre que le quitó la máscara de
oxigeno a Benjamin el dia anterior. Para su sorpresa, le preguntó por Kathleen.
-No lo hice. Samuel, ¿por qué iba a hacer algo asi? Incluso si quisiera hacerlo, ni siquiera
sé a quien pedirselo en primer lugar. – Nicolette negó con la cabeza, pareciendo que se
sentia muy agraviada.
Samuel la miró a los ojos.
-¿Enserio no eres tu?
Nicolette negó enérgicamente con la cabeza.
-No.
-Esta vez confiaré en ti – dijo Samuel con rotundidad.
«¿Confiar en mi esta vez? ¿No deberias confiar en mi pase lo que pase? Samuel, has
cambiado…>>
– Descansa bien y cuidate. Ya hablaremos de hacer las fotos de la boda la próxima vez. -Al
terminar sus palabras, Samuel se dio la vuelta y salió de la habitación.
Nicolette temblaba un poco y su cuerpo estaba lleno de frialdad.
Su corazón se hundió cuando su felicidad de hace unos momentos se desvaneció en un
instante.
¿No se divorciará Samuel de Kathleen? ¡Si las cosas siguen así, perdere todo lo que tengo!
Esa tarde, Kathleen llamó a Federick.
Federick tomo el teléfono y dijo:
-Hola, Kathleen.
—Federick, tu voz no suena bien ¿Que ha pasado?-preguntó Kathleen, desconcertada.
-Madeline se ha ido! La estoy buscando ahora mismo. – Su voz sonaba muy ansiosa.
Kathleen se puso en pie de un salto.
– Se ha ido? Enviame su ubicación. Te ayudaré a encontrarla.
-No es necesario. No debería molestarte con esto-se negó Federick.
Kathleen tomó su chaqueta y las llaves del coche.
– Esta bien, Federick. Si le pasa algo a Madeline, yo también estaré triste. Deja que la
busque contigo -la persuadio mientras se dirigia a la puerta.
-De acuerdo. -Federick asintió y le dio su dirección.
Kathleen condujo hasta el parque donde Federick estaba buscando a Madeline.
Kathleen se dirigió a él y le pregunto:
– Federick, zviene Madeline a este parque muy a menudo?
-Si. Está muy cerca de nuestra casa -respondió Federick con un tono desesperado en su
voz.
Kathleen asintió.
-Ya sabes que Madeline es una niña especial. Aunque la llamemos, no nos responde. Lo
que más me preocupa es que no grite pidiendo ayuda aunque pase algo. -Los ojos de
Federick enrojecieron un poco.
Kathleen comprendió de inmediato lo que quería decir.
– Deberíamos registrar el lugar con cuidado y no perdernos ningun rincón-sugirió
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Federick asintió.
Kathleen se mordió el labio.
-Sin embargo, nosotros dos no seremos suficientes. Espera un momento.
Saco su teléfono y llamó a Calvin.
Calvin respondió a la llamada.
-Hola, Kate.
Samuel, que estaba sentado frente a Calvin, levantó la mirada.
Frunció el ceno cuando oyó que Kathleen llamaba a Calvin.
-Papá, ¿me puedes prestar algunos hombres? -pregunto Kathleen con cuidado.
-¿Qué tipo de hombres quieres? – preguntó Calvin.
-Tus guardaespaldas serán suficientes. Ahora mismo estoy buscando a una niña, pero me
falta gente – respondió Kathleen en voz baja.
-Son suficientes diez hombres? No, deberia cnviar veinte para ayudarte -dijo Calvin en
tono serio.
-Diez serán suficientes. Ahora estoy en Starlight Park. Papá, por favor, pideles que vengan
a buscarme aqui -respondió Kathleen.
–No hay problema. Haré que vayan enseguida. -Luego, Calvin colgó la llamada.
Pidio a su ayudante, Simon, que hiciera los arreglos necesarios según la petición de
Kathleen.
Despues de eso, Calvin miró a Samuel con una expresión oscura.
-Al que pide ayuda Kate es a mi.
Samuel se quedó sin palabras.
-Tu, como marido, no puedes competir ni siquiera con el suegro -se burló Calvin.
Aloir eso, Samuel se burló.
Sin embargo, se sintió muy disgustado por el hecho de que Kathleen no le pidiera ayuda.
Se puso en pie y dijo:
-Voy a echar un vistazo.
Calvin sonrió.
-Es bueno saber que tú también te sentirias amenazado, ¿eh?
– Después de todo, soy tu hijo. -Samuel frunció el ceño.
Calvin miró a Samuel sin expresión.
– Samuel, toda la familia sabe que tu tienes la sartén por el mango en lo que respecta al
matrimonio de Kathleen y tu. Si quieres el divorcio, nadie puede impedirtelo. Si no quieres
el divorcio, ninguno de nosotros puede obligarte tampoco. Sin embargo, ¿has pensado
alguna vez en la opinión de Kathleen? ¿Quiere ella pasar el resto de su vida contigo?
-Lo hace -dijo Samuel definitivamente.
Calvin respondió:
-Antes Kathleen lo queria, pero puede que ahora no quiera,