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A pesar de que el plan era sencillo conllevaba bastantes riesgos y eso era algo que Clara sabía muy bien. Por lo que ella sería
la carnada, tenía experiencia en ello después de todo. Escapar de los Salvajes para mantenerse viva ahora servía de algo.
Asi que ella les indicó a los otros lobos por dónde ir. Debían alejar a los cazadores, ella haria que centraran su atención en ella y
después ellos los atacarían por detrás. Un patrón simple, pero un paso en falso y la vida de más de uno correría peligro.
Con su oído localizó a cada uno de los cazadores. Eran diez en total, pero no estaban todos agrupados. Los más cercanos eran
dos que se acercaban corriendo en dirección a ellos. Era momento de actuar. Clara les dijo a todos que se quedaran detrás
mientras los otros que la ayudarían se escondieron.
Transformó rápido su cuerpo, dejando que su pelaje la cubriera y salió corriendo atravesándoseles en el camino a los dos
hombres que rápidamente alzaron las armas en su dirección. Clara ya sabía lo letales que eran ellas y que lo más seguro era
que perdiera la vida si estas la alcanzaban. Así que retrocedió saliendo del ángulo de ellos y comenzó a correr doblando en la
esquina.
Los escuchó maldecir y caerle detrás. Perfecto. Los dos hombres le siguieron el paso de lejos hasta que lo que quedó fue el
grito de estos. Los lobos que la ayudaban los había atacado con la guardia baja y les había desgarrando el cuello. Eran salvajes
después de todo. El instinto de supervivencia y de matar estaba por encima de todo.
Ella dio media vuelta y miró a los lobos con sus bocas llenas de sangre pero que no se arrepentian de haberlo hecho. Con
razón. Los habían tenido encerrados y a saber que más. Ella asintió con la cabeza por el buen trabajo. Ahora era momento de
Y el patrón lo siguieron deshaciéndose de aquellos que se les cruzaban por el camino y fue tan fácil salir que les pareció
increíble. Con una buena organización y un plan rápidamente elaborado los lobos habían dejado atrás un rastro de cazadores
fuera del juego y ningún herido. Una vez fuera todos no se detuvieron al correr alejándose lo más que podían.
Quedaron dos cazadores dentro que dispararon, pero la mano de uno fue arrancada. La boca de Clara se llevó el pedazo de
carne haciendo que este cayera en el suelo gritando. El otro cuando lo fue a agredir había desaparecido.
Ella gruñó, tampoco se quedaría a esperarlo, así que escupió el pedazo de mano y corrió detrás de los salvajes que se
alejaban. Con su velocidad rápidamente los alcanzó y ellos se detuvieron al ella unirseles. .
-Gracias- la loba que primeramente le había hablado cuando había estado encerrada se le acercó e inclinó la cabeza hacia ella.
Todos estaban cansados y un poco desorientados ahora que estaban en libertad, pero las feromonas de felicidad de todos
danzaban en el ambiente- ¿Vienes con nosotros?
Clara se quedó allí quieta ante la pregunta. Miró por encima de su hombro peludo a lo lejos para después desviar tu vista hacia
los salvajes.
Ellos eran todo lo contrario a lo que conocía. Ellos eran... simplemente lobos, al igual que ella. Si fuera con ellos podría iniciar
desde cero y ser fiel a su naturaleza. No tener que preocuparse por tantas cosas que la agobiaban, pero...
A lo lejos lo pudo sentir. El sonido de aquellas patas acercándose a ella, y las marcas en su cuello, completamente diferentes a
las heridas auto provocadas por ella al quitarse el collar o las que había hecho aquel lobo, palpitaban anunciando que ellos
estaban cerca.
Lo que ahora no sabía realmente que pensar. ¿Ellos acaso la aceptarían después de lo que su cuerpo había sufrido?
El lobo no la había marcado, pero si había tomado algo que aquellos lobos gemelos habían estado ansiando tanto y era bien
Apretó los labios. Dixon y Ethan no parecían ser lobos muy condescendientes, se lo habían demostrado antes, aunque había
visto a lo largo de los días que habían estado juntos, como ellos habían cambiado poco a poco. Sin embargo, la posibilidad de
que no la aceptaran como su mate para enlazarse después de ser tocada no estaba fuera del juego.
Tenía dos opciones.
Ir con los salvajes, renunciar a ellos y comenzar nuevamente o..., quedarse con ellos y esperar que asimilaran aquella idea sin
prever los resultados.
Clara se quedó por un momento pensativa. Quizás era el momento perfecto para saber si ellos realmente la querían por quien
era ella, o solo por su instinto. Si la respuesta de ellos era el rechazo... ya ella sabía a donde debía
Sonrió levemente hacia los lobos que acababa de ayudar a salir de aquel lugar.
– Yo... tengo un lugar a donde volver- declaró- Pero tomaré en consideración su propuesta por si acaso.
La loba la miró detenidamente.
-Solo déjate guiar por tu instinto, él te llevará a tu destino.
Clara asintió y vio como todos ellos se fueron retirando, alejándose uno por uno mientras ella se quedaba esperando a que sus
dos mates llegaran. Se sintió nerviosa, más que cuando estaba luchando con esos cazadores. No sabía la reacción que ellos
tendrían. Y además, tendría también que mediar con la otra Clara. Algo realmente complicado.
Cerró los ojos y respiró profundo. Se encontraba débil, pero esperaba que su fuerza fuera suficiente para poder lidiar con todo
aquello.
De repente escuchó un sonido a su espalda que le hizo abrir los ojos de golpe. Miró por encima de su hombro y un gruñido salió
de su boca. El cazador que antes se había escapado comenzaba a salir de entre la maleza alzando entre sus brazos su arma, y
esta apuntaba a ella.
Clara no se movió, pero escuchó como este quitaba el seguro, preparaba el arma. No le daría tiempo. Él iba a disparar.
Y lo hizo cuando una sombra negra y dorada aparecieron entre ellos. La sangre corrió empapando la yerba bajo ellos y Clara se
estremeció.