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Dixon agarró la mano de Clara entrelazando sus dedos con los de ella, y la llevó a su lado. Aun si ella no estaría a su lado gran
parte de la ceremonia, quería al menos mostrarla delante de los demás como su loba. Y por suerte era la parte fuerte de ella la
que estaba despierta, eso hacía el proceso más fácil. Y así avanzó con ella a su lado por el medio de todos los miembros de la
manada en dirección a la zona donde se haría la ceremonia.
A su lado Clara avanzó con paso fluido, con el cabello danzando sobre sus hombros... y una sonrisa delicada, sin ser
exagerada. La mayoría de los miembros estaban estupefactos por la presencia de ella y como se veía en general, además de
que no bajaba la cabeza. La barbilla de ella estaba en alto junto al alfa. Y no había miedo en su mirada. Y no podían negarlo,
ella se veía realmente bien al lado de alfa de la manada
Ethan, que caminaba detrás de ellos, le gruñia, sobre todo, a aquellos machos que fijaban mucho tiempo su mirada a Clara. Por
lo que había averiguado, el padre de Clara nunca la había tratado bien por lo que nunca se había podido vestir tan linda como
ahora. Con razón la miraban tan fijamente, lástima que ella ya tenía a su mate a su lado. Al llegar a unos pasos de la tarima
Dixon soltó la mano de Clara y se inclinó para dejar una marca de beso en el cuello de ella sin importarle que todas las miradas
Agradeció que después de todo ella no se hubiera enlazado con cualquier lobo solo por decir que estaba con una pareja,
porque de seguro hubiera matado a ese mucho para recuperarla. Ante la ausencia de Dixon que se encamino en dirección a la
pequeña tarima, Ethan se puso al lado de Clara y rodeó su cintura posesivamente con su brazo. El también bajó su cabeza y
del otro lado dejó una marca similar a la de su hermano. Clara esta vez no se pudo contener y chasqueó la lengua.
– ¿Me van a marcar todo el tiempo?- murmuró contra el lobo que aún tenía su rostro muy cerca del de ella. -Más de lo que te
puedas imaginar- le besó la mejilla. Clara se lo podía imaginar. Al menos no la habían mordido los dos como veces anteriores.
La piel de su cuello ya era sensible y con ellos constantemente estimulándolo, era todo un peligro. De repente se tenso. Una
sensación la recorrió y fue diferente a todo lo que conocía, pero a la vez se sintió familiar.
Miró por encima del hombro mucho más allá de los lobos de la manada, perdiéndose en
el horizonte, pero sin resultado.
¿Qué ocurre? Dixon habla notado su cambio y aferro aún más su cadera. ¡No lo sent Iste? ella giró su rostro hacia él
encontrando una negativa por parte de él.
Clara iba a seguir, pero Will mandó a callar a todos parándose al lado del alfa. La ceremonia iba a empezar. La loba dio un
último vistazo rápido detrás de ella y se enfocó en Willy Dixon. Al menos no tuvo ese sentimiento de nuevo, pero se preguntó
que sería. -En la noche de hoy-Will comenzó a decir – Después de la despedida de nuestro alfa, tras varios años de mandato y
nuevo alfa- señaló a Dixon- La sangre de su padre corre por sus venas, y sus ojos dorados son muestra de ello.
Dixon se mantenia tranquilo, aunque sus orbes no se apartaban de Clara y de la forma que su hermano la tenía sujeta. Era que
la cuidara, no que se revolcara con ella de esa forma. Y con eso en la cabeza no escuchó las otras palabras que el beta
proclamaba, no le interesaba realmente dado que sabía que era. Lo que quería era agarrar a su loba, llevarla a la habitación y
hacer con ella cualquier cosa que se sintiera bien, antes que cambiara de nuevo y lo viera con ellos llenos de terror.
-... y por esto, Dixon es nuestro nuevo alfa- fue lo último que llegó a sus oídos y pestaneó con disimulo.
Los lobos de la manada aplaudieron, incluso Clara lo hizo medido. Solo Ethan se quedó con el ceño fruncido y su hermano
sabía el por qué.
Dixon agarró la daga que un lobo le trajo y se hizo una herida en la palma dejando caer algunas gotas en el suelo. El olor del
líquido carmín inundó todo el ambiente marcando la fragancia del nuevo líder. Ahora tocaba la segunda parte. Dixon agarró con
su misma mano herida que rápidamente había dejado de sangrar y la desgarro dejando que todo su pelaje negro envolviera su
cuerpo y segundos después un lobo grande y negro estuvo presente delante de todos. Alzó la cabeza y dio un profundo aullido
anunciado el inicio de la corrida de la manada de esa noche en conmemoración a su nombramiento.
Y todos a su alrededor comenzaron a transformarse.
Clara no tenía muchas ganas de salir a correr junto con el resto de la manada. No tenia muy buenas experiencias de ello, pero
Ethan a su lado la incito.
-vamos preciosa. Transformate, no puedes quedarte detrás. Eres la Luna de todos ellos – le pasó la lengua por su oreja.
Y aunque Clara estaba algo renuente dejó que su pelaje comenzara a brotar, porque aparte de estar al lado del alfa
fortaleciendo su posición, había algo allá afuera que la estaba llamando... y ella necesitaba saber que era,.