Capitulo 193: Te Extrafo
Valentina recordé aquella llamada y se qued6 pensativa por un momento. Lucia, con una sonrisa leve, se acercé
a Valentina y carifiosamente tomé su mano, diciendo:
-Abuelo, no te apresures tanto, podrias asustar a Valen y también a su esposo. ;Verdad, Valen?
Valentina, con una sonrisa forzada en el rostro, no respondié. Don Raul, al verla, pensé que era por timidez.
-Lucia tiene un punto -dijo don Raul-. Otro dia sera. Pero asegurate de avisacon antelacién para prepararme.
Don Rall parecia darle mucha importancia a conocer al esposo de Valentina. Pero para ella, esto representaba
un problema. Con la mente en su esposo, Valentina ni siquiera escuché lo que Lucia le decia, hasta que Lucia
mencioné de repente:
Valen, lo siento, no podré estar en casa contigo por un tiempo.quedaré fuera. Noextrafies demasiado!
Lucia sonri6 a Valentina y luego subié corriendo a su habitacién. Valentina se quedo sola, incapaz de relajar el
cefruncido.
Lucia solo habia regresado por un momento y se habia ido media hora después. Al irse, hablé
con Paloma, diciendo cosas ambiguas que dejaban lugar a malinterpretaciones, claramente intencionadas para
que Valentina las oyera.
Valentina se sinti6 perdida. Cuando regresé a su habitacién, Alonso recibié una llamada. jEra de Dylan! Alonso
dudé antes de contestar, y a medida que hablaba, su cese fruncia mas. Tras
colgar, sali6 de la casa.
Cuando volvié, estaba ayudando a alguien a entrar con dificultad.
-Sefor Alonso, jvaya, si es el sefior Hamilton! -exclamé Federico al reconocer a Dylan.
Dylan, claramente ebrio, se apoyaba en Alonso. Al escuchar la voz de Federico, levanté la cabeza
y saludé con un «Hola...>>
Pero en cuanto abrié la boca, el aliento a alcohol se hizo evidente, y répidamente se cubrié la
boca, como si fuera a vomitar.
-iAy, rapido, alguien ayude al sefior Hamilton al bafio! -Federico se apresuré a organizar.
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Pronto alguien vino a llevarse a Dylan del salon. Todo el tiempo, Alonso se mantuvo con el cefio
fruncido y el rostro sombrio.
-Sefor Alonso, ;qué ha...?
Antes de que Federico pudiera seguir preguntando, Dylan salié fambaleandose.
-Alonso, ino crees que se han pasado? Arruiné un proyecto y el viejoecha de casa. Ni mi madre ni mi abuela
intentaron detenerlo... Nadiequiere, Alonso...
Dylan se acercé a Alonso, agarrando su manga y balanceéndose.
-Eres mi tinico amigo, no tengo a donde ir. Debes acogermel
Dylan lo miraba con ojos suplicantes, como si se aferrara a él. Federico estaba desconcertado:
Acaso este hombre se habla golpeado la cabeza estando borracho?
Alonso, siempre serio, se sacudié a Dylan de encima. Pero en un instante, Dylan volvié a
agarrarlo, incluso apoyandose en su hombro, con una actitud de total dependencia.
-Noimporta, eres mi amigo, tienes que acogerme...
Valentina salié de su habitacién para servirse agua y se encontré con esta escena, quedandose
paralizada.
-iQué... qué esta pasando aqui?
Alonso levantd la vista, encontrandose con la mirada confundida de Valentina. Sin querer
involucrarse mas con Dylan, lo empujé hacia un sofa cercano y ordené a Federico:
-Preparale una habitacién de invitados.
Dicho esto, Alonso volvié a su habitacién. Aunque Dylan estaba borracho, se quedoé a vivir alli y
sonrié triunfante.
Al ver a Valentina en el piso de arriba, Dylan quiso saludar, pero temiendo que Alonso lo echara,
se contuvo.
Al dia siguiente, Valentina tenia que ir a la empresa. Cuando salid, el coche de Alonso ya la estaba esperando.
Valen, te llevo -dijo Alonso, abriéndole la puerta del coche. Valentina acababa de subir cuando
otra persona se metié también en el vehiculo.
Alonso mird a Dylan en el asiento trasero, claramente molesto.
-Alonso, por favor, lléva la empresa -pidié Dylan, saludando a Valentina y asumiendo el rol
de Alonso como chofer.
a
Alonso rod los ojos en secreto, conteniendo el impulso de echar a Dylan del coche. Siguiendo la
ruta, primero dejé a Valentina y luego a Dylan.
Después de que Alonso se fue, llamé a Santiago.
-Sandy, he hecho un gran esfuerzo por entrar en la familia Valenzuela. Tranquilo, cuidaré de la belleza por ti,
pero hay algo...
La noche anterior, mientras paseaba, oy6 a los sirvientes hablar de la preparacion para recibir al esposo de
Valentina. Pregunté casualmente y se enterd de que don Rall queria conocer al esposo de Valentina.
-Eso te delatara -expresé6 Dylan, preocupado.
Al otro lado del teléfono, Santiago, con una mirada Intensa, no pensaba en ser descubierto, sino en Valentina.
(Arreglaria ella el encuentro con don Raul?
Santiago esperd todo el dia una llamada de Valentina, pero no llegé hasta la tarde, y su ansiedad era palpable.
Finalmente, no pudo resistir mas y llamé a Valentina.
Al ver en la pantalla «Su esposo», el corazén de Valentina se detuvo por un
el teléfono durante mucho tiempo sin contestar.
momento. Dejé sonar
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Santiago fruncia el cecada vez mas, hasta que, justo antes de que la llamada se cortara, escuché la voz que
habla estado anhelando.
-¢Hola? -La voz sonaba fria.
Santiago, sin importarle, sonrié débilmente, olvidando hablar.
Valentina al otro lado pregunté con impaciencia:
-¢No vas a hablar? ;jHay algo?
-Te extra-dijo el hombre con voz ronca.
Santiago habia tenido fiebre todo el dia y se sentia muy mal, acostado en la cama con una venda en el hombro,
de la cual se filtraba un poco de sangre. Pero en ese momento, solo pensaba en Valentina, sin darse cuenta de
su malestar.
Las palabras «te extrafio» dejaron a Valentina aténita.
-escuché mal? ;El la extrafiaba? Valentina se sintié extrafia, pero recordando a Lucia, su molestia crecié.
-Sefior Mendoza, ahora que te acuerdas de mi,extrafias? ;Y cuando no lo haces?
Santiago guardo silencio.
+15 BONOS
-iSefior Mendoza? -Valentina no entendia su silencio, pero pronto se estabilizé y solté una risa fria y despectiva:
-¢Quién te cree? Sefior Mendoza, eres un fantasma, apenas te veo y ahora dices queextrafias. {No soy una
nifa de tres afos, no es facil engafiarme!
Tras esas palabras, la risa del hombre al otro lado de la linea se hizo mas fuerte, y luego su voz resond, sin
piedad revelando una verdad:
-extrafas?
Valentina se sintié confundida, pero réapidamente se recuperd, respondiendo con desdén:
-¢Quién te cree? Sefior Mendoza, apenas te veo, y ahora dices queextrafas. jNo soy una nifia de tres afos,
no es facil engafiani engatusarme!
Al otro lado, la risa del hombre se hizo mas fuerte, y luego su voz resond, sin piedad revelando una verdad:
-extrafas?