Capitulo 153: El Encuentro con Don Mendoza
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Valentina lanzé un grito de sorpresa, pero en un instante, una mano grande cubrié su boca, silenciandola. El
grito se corté bruscamente. Valentina olla un fuerte hedor a alcohol y luego la voz grave de un hombre resoné
sobre su cabeza:
-Quédate en silencio, si no quieres atraer a la gente. Imagina los titulares de mafiana si nos ven juntos.
Dijo Santiago en voz baja, casi deseando que alguien los fotografiara. Pero pensando en la aversion y el rechazo
de Valentina hacia don Mendoza, Santiago se contuvo. Habia planeado que Valentina y don Mendoza pasaran
tiempo juntos esa noche, esperando cambiar la mala
impresion que ella tenia de él.
Las palabras de Santiago calmaron bastante a Valentina. El olor del alcohol la hizo recordar involuntariamente
aquella noche en la villa de la familia Rodriguez, donde don Mendoza también
desprendia un fuerte olor a licor.
-¢Quién... quién eres? -pregunté Valentina con cautela-. No... noharas dafo, ;verdad?
No hubo respuesta en la oscuridad. Valentina tragé saliva, nerviosa.
“Tienes que mantenerte tranquilo. Esto es la villa de la familia Valenzuela, si haces algo dafino. no te dejaran ir
tan facilmente.
Santiago, detras de ella, no pudo evitar sonreir.
-No te preocupes, ;cémo podria lastimarte? -dijo Santiago, soltando a Valentina.
Valentina, ahora libre, corrié unos pasos hacia adelante y luego se volted, observando
cautelosamente a la figura bajo el muro de flores. A pesar de la oscuridad, Valentina pudo ver una mascara. Una
figura aparecié de repente en su mente.
-¢Mendoza... Don Mendoza? -maldijo Valentina para si misma.
iDiablos! ;Don Mendoza también estaba aqui?
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Casi habia olvidado a esa persona. Si hubiera sabido que don Mendoza estaria presente, nunca
habria venido.
Valentina tragé saliva nuevamente, con un atisbo de esperanza:
-Usted no es Don Mendoza, (verdad?
Valentina observaba ansiosamente a la persona bajo el muro de flores, deseando que
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respondiera:
-Claro que no, ;cémo podria ser yo Don Mendoza?
Pero en lugar de eso, la respuesta fria cay6 sobre ella como un balde de agua fria.
-Soy yo.
El rostro de Valentina se congeld con la decepcion.
Santiago mir6 a Valentina con una mirada profunda:
-Pareces muy desilusionada de que sea yo.
Valentina se recuper6 rapidamente y dijo apresuradamente:
-¢Coémo podria? Jaja, Don Mendoza, un placer conocerte. Es un honor inmenso para mi, una
bendicién que he acumulado en mis Gltimas ocho vidas... Jaja....
Realmente, el destino es ciego, ;por qué tenia que encontrarse con él?
-Entonces... si no tienes nada mas, no quiero interrumpir tu tranquilidad, Don Mendoza.
Diciendo esto. Valentina comenzé a caminar en la direccién de donde habia venido.
-¢Has descubierto la verdad sobre la muerte de tu madre?
Valentina acababa de dar unos pasos cuando, desde las sombras, la voz de Don Mendoza le
llego.
Ella se detuvo bruscamente, girando sobre sus talones:
-¢Qué has dicho?
-Esa noche en la familia Rodriguez, mencionaste que si te revelaran cémo murié realmente tu
madre, estarfas dispuesta a hacer cualquier cosa.
En la oscuridad, Santiago hizo una pausa antes de continuar:
-Con el poder de la familia Mendoza, investigar un accidente automovilistico, incluso uno de
hace muchos afos, para ver si fue un accidente o no, no es una tarea dificil.
Valentina se quedé pensativa, entendiendo su punto.
Investigar la verdad detras del accidente de su madre, quizas con la ayuda del poder de la Corporacion
Mendoza, podria ser una buena opcion.
Pero...
Ella sabia que el mismisimo Don Mendoza no le ofrecerla su ayuda sin alguna razén.
Recordé sus palabras esa noche: “;Estarias dispuesta a ser mi mujer?”
Valentina parpaded, sorprendida, y después de respirar profundamente, se atrevié a preguntar:
-iQué es lo que quieres?
Santiago comprendi6 lo que ella queria decir.
iSolo necesitaba que ella le diera una oportunidad!
Pero decir eso seguramente la asustaria.
Con el cefruncido, Santiago se senté en un banco junto a un muro de flores y, dando unas
palmadas al espaa su lado, dijo:
-Siéntate, acompafun rato. Déjpensar qué es lo que quiero.
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Valentina se mordié el labio.
Incluso en la oscuridad, la presencia dominante del hombre era palpable.
-¢ Tienes miedo?
Al ver que Valentina no se movia, Santiago la miré de reojo.
(Miedo? Valentina si sentia algo de miedo, pero aun asi se irguié con determinacién y camino
hacia el banco, sentandose a su lado.
El aire estaba impregnado de un suave aroma floral.
Santiago permaneci6 en silendurante un largo tiempo.
Los dos estuvieron sentados asi, mientras los minutos pasaban lentamente. Valentina pensé que
Don Mendoza estaba reflexionando sobre lo que queria, asi que no se atrevi6 a interrumpir.
-¢Soy tan aterrador? -De repente, Santiago hablé.
Valentina se quedé perpleja.
Inicialmente queria decir «no», pero no queria mentir.
-Bastante aterrador.
Recordé cémo casi habia perdido la vida por este Don Mendoza y se estremecio.
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El tenia guardaespaldas para protegerlo, pero las personas a su alrededor siempre terminaban involucradas,
como habla sucedido la Ultima vez.
Santiago parecid sorprendido por su respuesta, una mirada de caricruzé brevemente sus ojos.
-Parece que notienes tanto miedo después de todo -dijo Santiago con una risa baja.
Esa risa dejo a Valentina ligeramente sorprendida, sonandole extrafiamente familiar.
Santiago también se cuenta de algo, un atisbo de culpabilidad cruzé sus ojos, y al sentir la mirada inquisitiva
de Valentina, se levanté abruptamente.