Capítulo 0209 El hombre se había cambiado a ropa limpia y se sentaba muy cómodamente en el sofá con una postura muy erguida, con las largas piernas sin encontrar un lugar adecuado. Su cabello corto aún estaba algo húmedo y sus rasgos faciales, junto con sus ojos muy profundos, reflejaban una compleja mezcla de emociones.
-Rompi la puerta -respondió con calma.
Silvia se ajustó un poco más la bata: -Sal de inmediato de aquí.
Pero Juno mostraba intención alguna de irse. Se levantó y se acercó a ella.
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇt-¿Por qué estás enfadada? Aún no había averiguado la causa exacta y quería que Silvia se lo dijera directamente.
Ella, sin embargo, no quería hablar con él: -Nada. Por favor, sal de inmediato. Necesito cambiade ropa.
Juno se movió.
-No es la primera vez que te veo cambiarse de ropa.
Silvia se sonrojó instantáneamente de vergüenza. Sin otra opción, se volteó con rapidez para cambiarse de ropa de espaldas a Julio.
Juvolvió de nuevo a sentarse en el sofá, con la mirada fija en la bella espalda de Silvia, sintiendo un calor creciente en su garganta.
Pronto, se cuenta de su propia reacción y apartó al instante la mirada, sacando su teléfono para ver si había noticias del lado del guardaespaldas. Efectivamente, poco después, recibió un breve mensaje: [Señor, tuvimos que emplear algunos métodos para que la empleada dijera la verdad. Dijo que fue Laura, la hija del mayordomo Pablo, quien insultó a la señorita Orellana primero y luego la amenazó con contarle al anciano señor, exigiendo que se fuera inmediatamente de la familia Ferrer. Por eso la señorita Orellana se fue].
Después de leer el mensaje en absoluto silencio, la presión en torno a Juaumentó gradualmente. Le escribió: [Tráela aquí).
Tras enviarle el mensaje y apagar el teléfono, volvió a mirar de nuevo a Silvia, quien ya se había cambiado de ropa.
-¿Por qué nolo dijiste? 1/2 +15 BONUS No podía creer que una simple empleada de la familia Ferrer se atreviera a echar a su propia esposa.
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏmSilvia miró de reojo a Julio, cuyo rostro le era tan familiar: -Si te lo hubiera dicho, habrías creído? Él se quedó sin palabras, sintiendo una fuerte punzada en el corazón.
Silvia continuó hablándole con calma: -No importa si ahoracrees o no, yo no creo realmente que vayas a defenderme. Si no fuera por ti, ¿acaso, se habría atrevido a insultarme? ¿A amenazarme? No solo ella, todos en la familia Ferrer, ¿quiénrespeta como la señora Ferrer? Ellos, igual que tú, soloven como una simple trepadora, una discapacitada sorda. 2 Cada palabra de Silvia era una acusación directa, sin importar si Juse enfadaba o no. De todas formas, ya había obtenido lo que quería, y el peor desenlace sería romper completamente con él. Por sus dos hijos, no temía nada en lo absoluto.
Juescuchaba sus acusaciones una tras otra, y aunque claramente Laura la había maltratado, ¿cómo había acabado siendo su culpa? No podía quedarse callado: -¿Acaso estoy equivocado? ¿Acaso noengañaste? ¿Acaso no eres...? La palabra <
Pero las palabras ya habían sido dichas, así que cualquier contención posterior a esta no tenía ningún sentido. Silvia, con el rabillo del ojo enrojecido, le dijo con firmeza:
m -Sí, todo lo que piensas es correcto. Soy una verdadera mentirosa, y además una completa invalida. Así que por favor, señor Ferrer, tenga la amabilidad de devolvea mi hijo y dejarnos en paz. Otra vez esas crudas palabras. La mano de Juse apretó involuntariamente, haciendo crujir los huesos con fuerza de sus dedos. Se rió fríamente: -Ah, y olvidaste otra cosa, la infidelidad durante el matrimonio.
Dicho eso, Juse levantó y de inmediato se acercó a Silvia.
-tratas de esta manera y aún así esperas que te deje ir tan fácilmente?