Capítulo 175
Beatriz, ven rápidamente y ayuda a tu abuelo–dijo Ema con una sonrisa encantadora.
-Abuelo Beatriz está aqui para ayudarte.
Beatriz sonrió dulcemente y se puso de pie, pero en ese momento Fernando sonrió mientras
miraba a Alejandro y Clara.
Alejandro, Irene, vengan, los dos me ayudarán a sostenerme–dijo mientras miraba de reojo a
Enrique. -Tú, ven aquí, veo que estás muy apegado a Irene. A este viejo le gusta estar cerca de los
jóvenes y sentir su energía, eso mejora mi estado de ánimo.
Enrique sonrió amargamente y soltó la mano.
Beatriz se detuvo en seco, avergonzada y con el rostro enrojecido, atrapada en una situación
incómoda. No sabía si avanzar o retroceder.
Con una sonrisa forzada en su rostro, maldijo a Fernando en su mente: ¡viejo desgraciado! ¿Por qué
aún no te mueres?
Clara parpadeó y, por reflejo, miró a Alejandro.
Y Alejandro también la miró a ella, sus miradas se encontraron repentinamente.
Clara apartó la mirada de inmediato, solo le mostró un hermoso perfil que no dejaba rastro de
nostalgia.
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇtAlejandro se sintió momentáneamente confundido, apretó los labios y apartó la mirada,
caminando junto a ella hacia su abuelo.
Las personas se miraron entre sí.
La actitud de Fernando hacia la señorita de la familia Sánchez es bastante extraña.
Ema se enfadó hasta el punto de que sus ojos se enrojecieron ligeramente. Lo que Fernando hizo
no solo avergonzaba a Beatriz, sino que también ofendia la posición de ella, la esposa del
presidente del Grupo Hernández.
Pero ella tuvo que mantener una sonrisa forzada, después de todo, este anciano moribundo era el
máximo poder en el Grupo Hernández, aún tenía acciones de Hernández y sus palabras todavia
tenían influencia. No podía permitirse actuar de manera irrespetuosa.
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Abuelo, cada vez te ves mejor, te estás volviendo más fuerte, eso es genial–dijo Clara
acercándose a Fernando y sosteniéndolo cariñosamente. Su sonrisa reflejaba una alegría sincera.
-Abuelo, me alegra verte de buen humor, cuando estás de buen humor, tu enfermedad mejora-
agregó.
Fernando evaluó a Clara con ojos amables y asintió satisfecho: -¡Qué hermosa! El viejo sabe elegir
bien, Irene, ese vestido que llevas, que te regalé, es realmente hermoso. Mucho mejor que esas
prendas intencionalmente provocativas y reveladoras.
Alejandro se sorprendió, resulta que ese vestido fue un regalo de su abuelo para ella.
Los invitados finalmente entendieron, sus miradas hacia Beatriz también cambiaron.
Resulta que desde el principio, Fernando se había fijado en Irene y no tenía interés en Beatriz.
Aunque Irene y Alejandro se habían divorciado, en los ojos de su abuelo, él todavia la aprobaba.
La mirada compleja de todos los lados amenazaba con consumir a Beatriz, una gran vergüenza se
apoderó de ella.
-Papá, ahora que todos estamos aquí, deberíamos tomar una foto familiar–dijo Ema, sabiendo que
a su padre le gustaba hacer fotos. Se acercó a Beatriz, que ya estaba rigida, y se dirigió a Clara con
cortesia–Irene, ¿te importaria tomar una foto con nosotros?
-Por supuesto que no me importa–dijo Clara con una sonrisa generosa.
-Irene no solo es una invitada especial para mí, también es mi familia. ¿Por qué debería pedirle a
un familiar que se tome una foto? ¡Irene, ven aquí y párate junto a mi abuelo!
Fernando miró a Ema con desden–¡Hoy, si alguien hace que Irene se sienta incómoda, me hace
sentir incómodo a mi también!
Ema apretó los labios y buscó la ayuda de Enrique con la mirada.
Enrique no quería que su querida esposa fuera reprendida frente a tanta gente por su abuelo, por lo
que susurró: -Papá, entiendo que te gusta Irene, pero ella y Alejandro se han divorciado. No seria
apropiado tomar una foto familiar con ella.
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏm-¡¿Y qué si se han divorciado?!–Fernando frunció el ceño. ¡Aunque se hayan divorciado, la
considero como mi nieta! Después de todo, siempre será parte de nuestra familia Hernández.
Clara sintió una cálida corriente en su corazón al ver cómo su abuelo la defendia. Sus ojos se
+15 BONOS
Esta era la razón por la que no podía cortar completamente los lazos con la familia Hernández,
simplemente no podía soportar estar separada de su abuelo.
Beatriz estaba furiosa, sus ojos se oscurecieron y estuvo a punto de desmayarse.
Todos se quedaron atónitos.
Aunque Irene era hermosa, ¿qué tipo de encanto tenía para que Fernando la cuidara y amara tanto?
-Abuelo–Alejandro, que no se sentía cómodo con la idea de que su abuelo reconociera a Irene como
nieta, dijo: -No la pongas en una posición incómoda. Aunque tienes buenas intenciones, no
necesariamente está dispuesta.
-No creo que sea Irene quien no esté dispuesta, ¿verdad?-Fernando miró a Alejandro con desagrado.
-En cuanto escuché que quería reconocer a Irene como nieta, miren esa actitud llena de resentimiento
tuyo, ¡me hace sentir mal!
Alejandro, con una cara asombrosamente guapa, se quedó como una estatua de piedra. Con Irene,
su posición como nieto biológico se desplomaría, como si él fuera un desperdicio.
Mientras Clara estaba atrapada entre la espada y la pared, una voz masculina clara y magnética
resonó desde fuera de la puerta.
-Agradezco tu afecto por Irene, Fernando, pero dado que ya se han divorciado, no sería apropiado
considerarla como tu nieta de nuevo.