Capitulo 262: VerlaRepugna
De hecho, las dos bofetadas que Valentina le habia propinado a Alexia fueron
sélidas, pero solo dejaron sus mejillas ligeramente enrojecidas, sin causar dafo
fisico real.
El golpe que le solo le habia dolido en el momento. Tras un breve alivio, podia
moverse sin problemas.
La idea de estar herida no tenia fundamento, aunque el dolor habia sido intenso en
su momento.
Valentina bajé la mirada, esbozando una sonrisa en sus labios.
La esperanza que Alexia acababa de sentir se desvanecié abruptamente, y un atisbo
de panico cruzé sus ojos mientras miraba instintivamente a Lucia.
Pero ya habia sido abandonada por Lucia, quien, temiendo ser delatada, amenazd:
-Alexia, lo que hiciste hoy es algo que el Grupo Valenzuela no tolerara en absoluto.
Ve con el policia y coopera plenamente.
Mencion6 al Grupo Valenzuela a propésito, para advertir a Alexia que si se sabia algo que ella habia instigado, no
lo toleraria.
Alexia se desanimé de inmediato.
En ese momento, ya era demasiado tarde para arrepentirse.
El policia se llevé a Alexia, y Santiago también se fue con Valentina.
La oficina quedé casi vacia de repente, dejando a Lucia con una expresién
particularmente sombria.
Recordé la llamada que Federico le habia hecho. Habia llamado a Aitana con la esperanza de provocar algin
conflicto entre ella y Valentina, utilizando a Aitana
para enfrentarse a Valentina.
Pero Aitana no habia llegado y, con Santiago presente, poco podia hacerse.
La forma en que Santiago protegia a Valentina era algo que realmente la irritaba.
-Maldicién — murmuro Lucia entre dientea
En ese momento, abajo en el edifide la empresa, Aitana acababa de bajarse del
coche cuando a un grupo de médicos vestidos con batas blancas acercandose.
Tanto revuelo significa que algo le pasé a la compaiiia?» se preguntaba Aitana, cuando tras la multitud, vio
acercarse a dos personas.
Un hombre de alta estatura, cuyo rostro, con solo mirarlo una vez, era dificil de ignorat, aunque su atencién
parecia estar completamente puesta en la mujer a su lado. Esa mujer... era Valentina,
Aitana recordé la primera vez que a Valentina y a su esposo, no habia prestado
mucha atencién a el.
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Pero, ;quién lo hubiera imaginado? Valentina, de alguna manera, habia tenido la
suerte de casarse con don Mendoza casi sin esfuerzo. Y en los ojos de don Mendoza,
parecia que solo Valentina existia, lo que hacia que Aitana sintiera una envidia
profunda.
Con un sentimiento de disgusto en su corazén, Aitana habia pensado en evitarlos,
pero recordando su estatus actual, pens6 que podria ser una buena oportunidad para
saludar adecuadamente a don Mendoza. De inmediato, Aitana se puso una sonrisa
en el rostro y se acercé diciendo:
-Hermana...
Al salir de Grupo Valenzuela, Valentina sintié la mirada del hombre sobre ella,
deseando poder esconderse en un agujero para evitarla.
Pero entonces, un repentino «Hermana» la hizo sentir como si hubiera sido
perdonada.
Sin embargo, al levantar la vista hacia la perso que
fue suficiente para que Valentina sintiera una molestia.
se acercaba, solo una mirada
Esa sensacién era idéntica a la que tuvo cuando recibié una llamada telefénica y
escuché esa voz.
Cast por instinto, Valentina no queria ver esa cara. Rdpidamente desvié la mirada
hasta que paso junto a Altana, quien cémo la sonrisa forzada en su rostro se
congelaba completamente.
*;Que reaccion fue esa? ;jRepulsién?» se preguntaba Aitana, furiosa al ver a
Valentina mostrat tal expresion.
Ahora que era la verdadera seforita Valenzuela de la familia Valenzuela, ;cémo se
atrevia Valentina a mirarla asi? Con la ira a punto de explotar, Aitana gritd:
Valentina!
Valentina, que ya habia caminado unos metros, se detuvo de repente. Fruncid el
celigeramente y se gir6é lentamente, mirando hacia atras con desdén.
..llamaste?
Su tono pretendia confirmar si Aitana realmente la habfa llamado, pero para Aitana,
sono como si dijera: ¢Tu... mereces llamarme?»
Aitana, conteniendo su furia especialmente con don Mendoza presente, se gird ya
con una sonrisa en el rostro. Una sonrisa que siempre parecia inocente y pura, como
la de un conejito o una flor delicada. Sin embargo, para Valentina, era
completamente repulsiva.
Valentina intenté contenerse, pero no pudo.
-Ugh...
-Lo siento... -dijo Valentina, déndose cuenta de que su reaccién podria haber sido grosera, incluso dando un paso
adelante apresuradamente. Pero apenas terminé de
hablar, volvi6 a suceder:
-Ugh...
El aire se llend de
una atmésfera extrafia. Santiago, preocupado, le daba palmaditas en la espalda a Valentina, aunque en sus ojos
habia un destello de diversion. Aitana se sintié extremadamente incémoda. Intentando salvar su dignidad,
Aitana forzé
una sonrisa, fingiendo preocupacion.
Valen, ;te duele el estémago?
No, no es eso.
Era simplemente que no podia soportat verla sin sentir nduseas Valentina respiré hondo varias veces, logrando
controlatse, pero al levantar la vista y ver a Aitana de nuevo, las nauseas volvieron. Sin otra opcién, Valentina
tuvo que darse la vuelta
para no mitarla.
-¢Cémollamaste? -pregunté Valentina.
Aitana se quedd aténita.
-Hermana, claro.
Aunque no queria llamar a Valentina hermana, tenia que mantener las apariencias.
Valentina fruncié el celigeramente.
-¢Quien eres ta?
Esta vez, el rostro de Aitana cambié completamente.
£Quién... soy yo?», Valentina le preguntaba... jquién era ella?
Aitana miraba a Valentina con sospecha.
Pero antes de que pudiera aclarar la situacién, Santiago le lanzé una mirada. cautelosa a Aitana y, acto seguido,
paso su brazo alrededor de los hombros de
Valentina, diciendo:
-Ella no es asunto tuyo.
Con solo unas pocas palabras, Santiago se llevé a Valentina.
Dejando a Aitana parada alli.
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En ese momento, ya no se molestaba en mantener la sonrisa en su rostro, perdida en
sus pensamientos y con innumerables conjeturas cruzando su mente, hasta que vio
a Valentina subirse al coche.
Ni siquiera se cuenta de que un lujoso coche se habia detenido abajo en la
oficina.
Desde el auto, un hombre de presencia imponente bajé y pasé junto a ella con pasos
agiles.
En la oficina de Joyeria Valenzuela, Después de un rato, Lucia sequta irritada.
-Sefior
ia quien busca...?
El ruido en el exterior de la oficina fue interrumpido abruptamente cuando la puerta
se abrié de golpe.
Ella estaba a punto de explotar, pero al ver quién era, su expresién cambié
instantaneamente.
-Sefor Harper... -Lucia se apresurd a recibirlo con una sonrisa y un caluroso
saludo.
Extendié su mano para estrechar la suya, pero Diego no mostré interés.
(Dénde esta Valentina?
Diego fue directo al grano.
El corazén de Lucia se hundid, Santiago acababa de llevarse a Valentina, y no habia pasado mucho tiempo
cuando Diego también aparecié buscandola.
Lucia estaba frustrada, pero su sonrisa permanecia.
-¢Conoce a nuestra Valen?
Lucia estaba mas interesada en cémo se conocian, especialmente qué sentimientos. albergaba Diego hacia
Valentina.
Pero Diego, astuto como era, capté sus intenciones de inmediato.
-¢Dénde esta ella?
La impaciencia se notaba en su voz, dejando claro a Lucia que no toleraria mas
rodeos.
Lucia no se atrevié a hacerle esperar mas.
-Don Mendoza acaba de llevarse a Valen hace un momento. Nuestra Valen es tan
hermosa como bondadosa, y don Mendoza la cuida mucho...
Ec.
Diego interrumpié a Lucia con una risa fria antes de que pudiera terminat.