Capitulo 108: NoGustas
-Nogustas, jnuestro acuerdo debe terminar ahora!
Valentina solt6 estas palabras y regresé a su oficina.
Santiago se qued6 con una expresion sombria y amenazante.
¢No le gusta?
(Como podria no gustarte?
iElla claramente estaba obsesionada con su rostro!
Santiago sinti6 una frustracién que nunca antes habla experimentado. Miraba el brazalete de
esmeralda en su mano, completamente confundido sobre qué habia salido mal.
Esa tarde, Valentina fue al banco y retiré un millén en efectivo. Si no fuera por el limite de retiro,
habria sacado todo el dinero destinado a su esposo de un matrimoreldmpago.
Al volver a la Villa de Los Pinares, su esposo de matrimorelampago no estaba. Valentina apilo el efectivo en
su habitacidn, y esa noche, él no regreso.
En los dias siguientes, Valentina continu retirando un millén cada dia hasta que finalmente
llevé mas de cuatro millones a casa.
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Una maiiana, Valentina llamo a su esposo. El teléfono sono por un momento, y justo cuando
pensé que no contestaria, la llamada se conectd.
-¢Hola?
Una voz femenina sono del otro lado.
Valentina se quedé aténita por un momento, luego la voz de la mujer volvié a sonar:
—;Buscas a Santy? El... esta bafidndose, no puede atender el teléfono ahora. jquién eres? Le diré que...
La mujer no terminé de hablar, Valentina colgé.
Los pensamientos giraban en su mente.
El estaba bafiandose...
Tan temprano y ya tenia a alguien con él... jseria la mujer de las fotos de aquel dia?
iQué voz tan agradable!
Valentina se sinti6é repentinamente abrumada.
Mientras tanto, en el hotel, Lucia miraba la palabra «Querida» en su teléfono con una mirada profunda.
No esperaba que Santiago usara ese apodo para alguna mujer.
Ella, que lo conocia, sabia que incluso si algln dia se casara, no usaria esa palabra para referirse
a su esposa.
Lucia mordi6 su labio, borré el registro de la llamada reciente y devolvid el teléfono a su lugar.
-¢Cémo es que estas aqui?
Santiago salié del bay, al ver a Lucia, una sombra de disgusto cruzé su mirada, instintivamente ajustando la
bata que llevaba puesta.
Lucia volvié en si, actuando como si nada hubiera pasado, mirando a Santiago.
“Yo tambiénestoy quedando en este hotel. Cuando supe que ti estabas aqui, decidi venir...
Santiago echd un vistazo a la puerta y, sin prestarle atencién a Lucia, se cambié de ropa y salié.
Lucia lo siguid.
Al llegar a la entrada, Santiago miré al guardia de seguridad de turno.
-No necesitas quedarte aqui, vuelve a Guadalajara. Mandaremos a alguien mas para aca.
-Si ni siquiera puede vigilar bien la puerta, no hay razén para que esté aqui.
El guardia se vefa aterrorizado.
En el corazén de Lucia, como si algo la hubiera pinchado, corrié tras Santiago.
-Santy, lo siento, es que tenia muchas ganas de verte, perdén...
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-Seforita Valenzuela -Santiago se detuvo de repente, interrumpiéndola-. La persona a la que deberias querer ver
no soy yo. No olvides, todavia eres la esposa de otro, jel honor de la familia Valenzuela te permite seguiasi?
El tono de Santiago estaba lleno de desdén.
Lucia parecia afligida; después de todo, habfa sido ella quien lo abandoné por otro en el pasado.
-No tuve opcidén -fue lo Unico que Lucia pudo decir.
Pero Santiago sonri6 friamente, como si quisiera decir algo mas, cuando de repente su teléfono recibié un
mensaje de Valentina.
[Ven cuando estés libre.]
La cara, que hasta ese momento habia sido sombria, de Santiago se iluminé con una sonrisa, esa mirada llena
de anticipacion hirié el corazén de Lucia.
Santiago llamé a Valentina sin demora.
-Esta bien, jte espero! Volveré pronto.
La calidez en su voz dej6 a Valentina al otro lado del teléfono algo aturdida.
Pero Valentina no dijo nada.
Ella habia decidido no ir a la oficina ese dia, prefiriendo resolver primero las cosas con su esposo
de matrimoreldmpago.